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¿Tienen los perros inteligencia?

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Inteligencia es la capacidad de entender o comprender; de resolver problemas, desarrollar habilidades y destrezas en base a las experiencias vividas; la capacidad de ser consciente del entorno y tener la percepción de este, extraer y guardar información para relacionarla con hechos futuros y actuar en consecuencia de forma voluntaria. Está íntimamente ligada a la cognición: información que aportan el entorno y las experiencias al individuo y su directa relación con sus consecuencias.

Por Miguel T. Romero, adiestrador canino


Los perros tienen una estructura cerebral igual a la del humano: tallo cerebral, amígdala cerebral, sistema límbico y corteza cerebral.
Los procesos cognitivos se desarrollan en la corteza cerebral, que asimila y relaciona todos los aspectos con las emociones generadas. Esto es muy importante para relacionarnos con un perro; tanto cuando vamos a trabajar un ejercicio de adiestramiento como cuando empezamos con la educación de un cachorro.
En el mundo se estima que habría unas 800 razas de perros que junto a los mestizos indica que es una de las especies más mutables del planeta. Las diferencias entre ellos son, además de físicas, también en su comportamiento, en sus tendencias naturales a realizar determinadas conductas, en su actividad cerebral y en la selección genética a lo largo del tiempo.
La inteligencia canina dependiendo de la raza y de la crianza, hará que se expresen más fuerte unos rasgos sobre otros.
En un curso en la sede de Orlando Eijo (Argentina) se explicó que hay tres tipos de inteligencia canina. La de adaptación: responsable de la capacidad de aprender del entorno y situaciones nuevas, de relacionar los hechos de su propia conducta con las consecuencias de esta. Lo que le lleva a comportamientos y conductas similares en el futuro cuando se presenten situaciones similares. La segunda es la inteligencia de obediencia; la capacidad de colaborar en equipo y reconocer a una figura que guía y dirige. Esto es muy importante para el adiestramiento de perros deportivos, militares o policiales. La tercera manifestación de inteligencia es la instintiva. El perro sigue las habilidades y tendencias de su raza.
Alexandra Horowitz en su libro “En la mente de un perro. Lo que los perros ven, huelen y saben” escribe que “el perro es la puerta perfecta de entrada al estudio de los animales no humanos. Los perros llevan viviendo con los humanos miles de años. Mediante la selección artificial de la domesticación, han evolucionado hasta ser sensibles precisamente a todo aquello que compone de forma importante nuestra cognición; entre otras cosas, y fundamentalmente, la atención a los demás.”
Los perros están muy atentos a nosotros. Captan que su manera de actuar provoca una reacción. Gracias a la vista el perro interpreta y descifra rápidamente el estado mental y emocional de un congénere y, desde luego, entiende al humano que tiene en frente.
La empatía con los perros llega cuando aprendemos a leer e interpretar correctamente su lenguaje corporal. Esto es vital para adiestrar, debemos proporcionar al perro la información correcta de lo que esperamos y también debemos reforzar con precisión. Si fallamos, el perro entiende las cosas de forma distinta y empiezan los conflictos. Frustración del guía y el perro no entenderá qué pasa. Entran en conflicto las inteligencias de adaptación y obediencia.
Antonio Paramio Miranda clasifica las manifestaciones de inteligencia canina en seis grupos: asociativa; olfativa; corporal-motora; espacial; predatoria y emocional. Explica que el perro utiliza sus habilidades mentales de forma individual o combinada. Al percibir una información de la vista o el oído puede relacionarla y asociarla a una consecuencia, pero inmediatamente utilizará su olfato para sintetizar y precisar la información que llegó por los otros sentidos. De esta manera, se combinaron percepciones sensoriales, inteligencia asociativa y olfativa.
La inteligencia corporal-motora involucra fuerza, equilibrio, velocidad y coordinación. Esto está ligado a la propiocepción que es la conciencia de la posición, estado, coordinación y movimiento de los grupos musculares y articulaciones. Esta habilidad la tienen los perros de forma natural y puede potenciarse con el adiestramiento.
Hay una relación directa con los procesos cognitivos que presenta la inteligencia predatoria. En la caza, el perro utiliza su vista, su olfato, hay asociación de lugares y sonidos; el perro se mueve de diferentes maneras. La actividad cerebral es enorme, hay una combinación de todas las habilidades mentales del perro.
La inteligencia emocional permite la relación con individuos de su misma especie y con los de otras especies. El perro constantemente está comunicando sus estados emocionales; es decir, es consciente de sus propias emociones y de lo que los otros sienten. Durante la infancia del cachorro, el contacto con la madre y sus hermanos y el medio donde crece determinarán que esta inteligencia se manifieste y desarrolle adecuadamente.
La inteligencia emocional es la responsable de que los perros interactúen con nosotros y gracias a ella podemos adiestrarlos.

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