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Agility: cómo ser el más veloz (Parte IV: CAMPEONATOS)

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El Agility es una de las disciplinas caninas más populares. Existen tres citas fundamentales de este deporte como el Campeonato de España, el Open European y el Campeonato Mundial. Para participar en estos eventos existen unas pruebas selectivas que se realizan durante el año por todo el territorio español y en las que se obtienen puntos para poder clasificarse.

Por Jonathan MANZANO

Más de 250 personas participaron en el pasado Campeonato de España de la disciplina Agility, 180 personas en la final del Open European de Italia y 318 personas en el Mundial que se disputó en República Checa. 

Antes de una competición tan importante, se recomienda utilizar las competiciones normales del fin de semana para trabajar y rectificar posibles errores en ambiente de competición tal y como afirma Elisenda Huidobro. “También llevo a los perros a la fisioterapeuta canina para que los deje perfectos y después, unos días de descanso antes de competir para que estén frescos. Tras finalizar la competición suelo darles una semanita de descanso pero no más pues ellos disfrutan mucho entrenando”.

Se puede acceder al Campeonato de España de Agility desde el grado 2 y el grado 3. En ambos se exige obtener al menos 6 EXCELENTES sin penalizaciones, tres de ellos con una velocidad mínima que parta de los 4,5 m/s para agility y 5,1 m/s para la manga jumping. Además, se requiere que el perro esté inscrito en el LOE o RRC y contar con las calificaciones requeridas. 

Otra opción para participar en el campeonato es en abril, cuando los clubes de cada comunidad autónoma organizan en sus respectivos territorios una prueba de carácter no puntuable que dará acceso directo al Campeonato de España a los cinco primeros clasificados en la categoría Standard y a los tres primeros de Midi y Mini. 

El primer clasificado de cada una de las pruebas selectivas que realice el ejercicio en el menor tiempo posible y con el menor número de penalizaciones determinará el Tiempo de Recorrido Estándar de esa categoría. 

Ganar el Campeonato de España no da acceso directo al Open European o al Campeonato del Mundo de Agility ya que estas competiciones no tienen consideración de prueba selectiva, sin embargo, añaden de 1 a 25 puntos en la tabla de puntuaciones a los primeros clasificados de cada categoría. 

En el caso del Open European se ha de participar en cuatro pruebas selectivas o clasificatorias de grado 3. En este campeonato participarán como mínimo entre 8 y 16 competidores, dependiendo de la categoría en la que nos ubiquemos. Mientras que en el Campeonato Mundial de la FCI sólo pueden participar perros de raza, en el Open se permiten perros mestizos. “Se clasifican los mejores de cada manga y compiten entre ellos en un única manga de agility final” afirma Elisenda Huidobro a LADRIDOS quien participó en el Open Europeo de 2012 en Suecia y en el Mundial los años 2015 en Italia y 2016 en España. 

Como en la mayoría de pruebas de FCI, en el Mundial quien gana es el que obtenga el mejor resultado de las dos mangas. Se han de realizar hasta ocho pruebas en las que los diez primeros clasificados de cada una de las categorías anteriormente mencionadas obtendrán una calificación mayor o menor, que dependerá de la posición obtenida. “En el Mundial es importante conseguir limpias las dos mangas porque el resultado final es la suma de estas dos combinadas”.

El reglamento para acceder a cada una de las competiciones anteriormente mencionadas se revisan cada año. Por este motivo, Ricardo Santolaya, Campeón del Mundo y de España y uno de los vocales de las Subcomisión de Agility cuenta a LADRIDOS que en la actualidad se están añadiendo nuevos cambios que entrarán en vigor próximamente.

“Es triste ver perros que no disfrutan”

Por Roberto Iñigo LUELMO, director y profesor del centro canino Cinco Huesos

Lo primero que haremos idealmente es coger a nuestro perro y acudir a unas clases para cachorros. Para mí es la etapa más importante y la que más rápido pasa. En estas clases, además de resolver todas las dudas que podamos tener en cuanto a educación del cachorro, nos enseñarán a crear un vínculo. Buscamos que nuestro can aprenda a disfrutar del juego y del trabajo con nosotros.

Es triste ver perros haciendo Agility que no disfrutan como tal de la actividad y eso es siempre por falta de motivación. Un can que quiere jugar con nosotros o al que simplemente le hemos enseñado a disfrutar del trabajo aprenderá todo lo necesario mucho más rápido. El juego de presa es el que más nos aportará en esta disciplina ya que, de por sí, este juego hace que el perro nos busque y quiera estar con nosotros. Pero todos los juegos son posibles, lo fundamental es encontrar lo que le guste al animal. Es crucial en esta etapa crear las bases de lo que vamos a necesitar en la vida adulta.

Una buena llamada la considero fundamental, es curioso ver como mucha gente compite en Agility y no se atreve a soltar a su perro fuera de la pista por miedo a que no venga.

Un buen quieto, al igual que la llamada es otro de los ejercicios a los que más importancia doy. No digo que todo el mundo lo haga como yo, pero yo disfruto más cuando en los entrenos mi perro espera tranquilo  y relajado  en la pista, a que yo le llame para comenzar. No digo que todos tengamos que conseguir esto. Pero el ejercicio sí que debería estar generalizado a todos los entornos y no sólo a la pista para tener garantía de que no lo va romper en el momento en el que entremos a competir. Aún siendo de base, es uno de los ejercicios en los que más fallan los  canes de agility y no sólo los de grado 1.

En esta etapa de cachorro es muy importante trabajar ejercicios de propiocepción que tanto nos van a ayudar con los saltos y las zonas en el futuro. Una vez que hemos conseguido todo lo anterior mencionado, comenzaremos con el agility propiamente dicho. Cada perro que he trabajado me ha ido enseñando un poquito de lo que necesitan y a eso me he ido adaptando. Siempre comienzo con los ejercicios más básicos como aprender a pasar entre los soportes, rodear un cono o trabajar las órdenes de giro. Esto nos va a ayudar a la hora de tener una conducción fluida.

Los ejercicios deben ser secuencias cortas a las que iremos aumentando la dificultad y la duración progresivamente. 

En el caso de los elementos de salto, me gusta trabajar sólo con los soportes, sin palo en el suelo o alturas mínimas para que el perro no se acostumbre a rozarlos. A la hora de subir el palo arriba, trabajo con un salto sólo hasta que llego a la altura en la que va a saltar el perro. Una vez arriba lo incluimos reduciendo la dificultad y duración de los ejercicios. Esto lo comienzo sobre los 12 meses y con la certeza de que el perro está bien.

La pasarela y el balancín las trabajo con “two on, two off” fuera de pista y se trata de conseguir que el perro toque una superficie distinta con las patas delanteras y las traseras. Una vez conseguido esto, comienzo la pasarela con un encadenamiento hacia atrás para que  sepa en todo momento lo que tiene que hacer. Es importantísimo tener una orden de liberación verbal y esto mucha gente no lo entiende y por eso fallan tanto. En el balancín es importante hacer trabajo de habituación al ruido y al movimiento de la zona. Una vez hemos adquirido cierta soltura en nuestro lugar de entrenamiento, es muy importante trabajar la generalización del trabajo realizado. Para ello lo ideal es poder acudir a otros clubs y que el perro se habitúe al cambio de pista. Uno de los mejores escenarios son los pre-agilitys que se suelen organizar al finalizar las competiciones.

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