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El sobrepeso felino no es una moda, es una barbaridad

 

Gatos gordos en Twitter, Instagram, Tik Tok. Una moda que, sin embargo, tiene notables repercusiones en la salud de nuestros felinos.

 

Por Almudena NEGRO

 

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La Asociación para la Prevención de la Obesidad en Animales de Compañía (APOP), constituida en el año 2005 en Estados Unidos por el doctor Ernie Ward, lleva años alertando acerca de esta problemática. Presentó el primer estudio acerca del tema en el año 2007, contando con la colaboración de numerosos veterinarios y clínicas. En 2014 se calculó que el 57,9% de los felinos domésticos estadounidenses estaban gordos. Nada menos que 55 millones de maulladores. ¡Una barbaridad!

Según numerosos estudios, el sobrepeso y la obesidad son mayores en gatos mestizos y machos. Por supuesto, el sedentarismo tiene mucho que ver en ello. De ahí que sea muy importante que juegues con él a diario, y más si no accede al exterior. Si tu gato duerme más que un lirón y su único ejercicio es ir de la camita al cuenco de comida o al arenero, tienes un problema. Ten en cuenta que los gatos engordan muy fácilmente y lo suelen hacer porque comen más de lo que realmente necesitan. Vamos, como las personas. Es pura matemática. Calorías ingeridas y calorías quemadas. La edad, claro, es otro factor importante a tener en cuenta.

La esterilización es otro facto que no pasa desapercibido. Por eso, desde LADRIDOS te recomendamos los piensos pensados para este tipo de animales o que siempre tengas en cuenta la composición del alimento que le ofreces. Los piensos pensados para prevenir enfermedades del tracto urinario, por ejemplo, suelen contener mucha materia grasa.

La solución: a dieta

El sobrepeso y la obesidad provocan numerosos daños al animal. Son causa de diabetes, artrosis, problemas cardíacos, en la piel, intestinales o enfermedades del hígado. Pero es que además los gatos gordos suelen acabar con artritis debido al desgaste de sus articulaciones por el peso soportado. La esperanza de vida del gato gordinflón se reduce drásticamente frente a la del gato esbelto. Y la calidad, también.

Se considera que un gato tiene sobrepeso cuando su peso corporal supera en más del 10% su peso ideal. Si lo supera en un 20% o más, será un gato obeso. Un gato adulto, de media, pesa entre 3,5 y 5,5 kilos. Eso sí, los más pequeños pueden apenas llegar a los tres kilos, mientras que los más grandes atigrados pueden llegar a los ocho. Tu veterinario y una buena báscula te pueden orientar acerca del peso ideal de tu compañero glotón. También puedes fijarte en si tu gato, observado desde arriba, es más ancho por encima de las costillas. Eso, amigo, es grasita. Un gato esbelto se vería como un reloj de arena.

Si es imposible tocarle las costillas bajo el pelo o no ves el reloj de arena, te toca poner a dieta a tu amigo. Ármate de paciencia, porque los gatos adelgazan muy lentamente, como mucho un 2% de su peso a la semana. Comienza por lo más sencillo: dale una ración más pequeña diaria de comida. Y reduce las grasas. Los fiambres y las salchichas quedan terminantemente prohibidos. Como también compartir tu propia comida con él. Los gatos son animales carnívoros y para ellos lo mejor son las raciones altas en proteínas. Los hidratos de carbono deben de limitarse. Se calcula que con 200 gramos de alimento seco al día el gato adulto tiene más que suficiente. Luego, ponlo a hacer ejercicio. Por ejemplo, coloca el arenero lo más alejado que puedas de la comida. Le obligarás a moverse, sí o sí. Y jugar, jugar y jugar.

Si tu gato está rellenito, no se te ocurra ofrecerle comida como recompensa. No le estarás haciendo ningún favor. Acariciarle y mimarle son los mejores premios para tu Garfield. Por otra parte, desde APOP advierten que dejarles la comida a su alcance todo el día puede contribuir al aumento de peso. Lo mejor es darle de comer su ración todos los días a la misma hora dos veces y, a partir de ahí, ser inflexible por más que maúlle y lloriquee. Que lo hará. Pues anda que no son listos. Además, se aconseja darle de comer en una habitación en la que no se pase el día para no asociar la estancia habitual con las comidas.

No te olvides de dejar siempre agua a su disposición. Vale, no beben tanto como tú o como un perro, pero la necesitan. Piensa, además, que el pienso seco es… seco. Así que un cuenco de agua fresca junto al de la comida no es ninguna mala idea. Aunque, recuerda que en LADRIDOS te recomendamos que mezcles la comida seca (pienso) con latitas de comida húmeda, ya que ésta última contiene más de un 80% de agua.

 

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