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¿Collar o arnés?

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La elección de collar o arnés para nuestro can no está exenta de polémica. Traemos aquí la opinión de dos grandes expertos del mundo del perro que relatan, desde su profesionalidad y formación, los pros y los contras del uso de uno u otro sistema.


COLLAR PARA PASEO; ARNÉS  PARA TRABAJAR

Por Blas PALMA, Guía canino experto en explosivos

Hay  una amplia diversidad de collares y tipos de arnés que se le pueden poner a nuestro canido, con cientos de aplicaciones de las más diversas. Explicaremos aquí cuando hay que poner un collar o un arnés a un perro de búsquedas relatando cómo lo interpreta nuestro peludo. 

De forma positiva un perro tiene que llevar siempre un collar, el que tengamos en casa normalmente. Bien podría ser de cuero o de anillas siendo ambos los más comunes. Un perro de trabajo en búsquedas no puede sentir presión alguna mientras realiza la búsqueda. 

Cuando queremos jugar con él, que es en realidad trabajo para nosotros, le cambiamos la posición del collar, quitándole la presión que este pueda ejercer en su cuello en modo estrangulación o muchísimo mejor cambiándole la correa del collar al arnés. Al hacer este ejercicio en repetidas ocasiones, el perro se condiciona instintivamente, cambiando su actitud de forma radical. Interpreta en nuestro gesto que vamos a jugar, a divertirnos, a trabajar. Evidentemente todo esto se realiza con una consecuencia de procedimientos encadenados. Activándose poco a poco. Si no cambiamos la posición del collar pasando la correa al arnés y el perro sufre un tirón por el motivo que sea, provocaremos un refuerzo negativo en nuestro compañero transmitiendo una conducta negativa en todos los ámbitos de trabajo. Mientras que si sucede lo contrario, que le cambiamos la correa del collar al arnés y no sufre ningún refuerzo negativo que pueda ocasionar la correa, será muy positivo y nuestro peludo se conectará al trabajo lo mismo que un interruptor de luz, interpretando de este modo que al modificarle la correa del cuello al arnés comienza su momento de juego, comienza su momento de diversión. 

No olvidemos que la garganta es la parte más sensible del cuello de un perro. Por lo que debemos evitar que el collar pueda ejercer ya no solo daño alguno sino la más mínima presión en el mismo. Del mismo modo no vale cualquier tipo de arnés. Éste deberá llevar dos sujeciones, una a la espalda y otra en el pecho, de manera que al tirar no haya un solo punto de rozamiento en el perro lo que provocaría más daño. 

La correa ha de tener al menos metro y medio a dos metros, que pueda dar al guía maniobrabilidad y tiempo de reacción para que el canido no sufra un tirón en ningún momento, ya que al coger un rastro de olor en cualquier modalidad de búsquedas, nuestro compañero puede ejecutar un cambio de velocidad de movimientos que si no estamos atentos y no tenemos los medios adecuados podría provocar ese tirón que tanto deseamos que no suceda. Por lo tanto, pondremos un collar normal durante todo el día y cuando vayamos a trabajar cambiaremos al arnés. Nuestro perro nos lo agradecerá y su actitud al trabajo será siempre positiva. 

Es muy importante una vez terminado el trabajo cambiar de nuevo la correa del arnés al collar. El arnés provoca en el perro el tirar con más fuerza, ya que al no sentir presión alguna ni molestia puede provocar este comportamiento. El cambiarle la correa al collar provocará en él un cambio de comportamiento sistemático.

www.blaspalma.es 

 

ARNÉS PARA PASEO; COLLAR COMO  VESTUARIO

Por Rosana ÁLVAREZ,veterinaria y etóloga, directora de ETOLIA 

Según Rosana Álvarez, de etologiaveterinaria.net el collar debería ser un elemento de vestuario, de diseño, es decir, algo bonito y elegante que quieres colocarle a tu perro para que esté guapo y le siente bien, pero no para engancharlo a una correa durante el paseo, a excepción de que el perro esté educado para pasear tranquilamente, en cuyo caso podría servir. 

Para esta veterinaria hay dos motivos fundamentales por los que el collar puede ser un elemento negativo: por un lado el daño físico, ya que se coloca en una región corporal donde se encuentran el tiroides, vasos sanguíneos, nervios, huesos de la columna cervical, tráquea, esófago, médula espinal o laringe. 

Ante un fuerte tirón el collar puede provocar dolor, contracturas, pinzamientos, afecciones neurológicas, afectaciones del tiroides, dificultades en la respiración y efectos sobre el riego sanguíneo, etc. 

Por otra parte, y no menos importante, Rosana Álvárez señala el daño conductual. Los efectos físicos negativos del uso del collar y de su manejo hacen que el perro asocie constantemente en su entorno este daño con los mencionados estímulos mediante condicionamiento clásico. Esto conducirá a un perro que no quiere que le coloques el collar para salir o a perros que empiezan a reaccionar ante la presentación de esos estímulos durante el paseo. 

En cuanto al arnés reconoce que no es la panacea, “pero sí que es mucho más ventajoso que el collar y mucho menos perjudicial, pero siempre bajo tres máximas: elegir el arnés adecuado que no cause daños físicos; saber colocarlo de la manera correcta y enseñar al perro a no tirar de la correa mediante refuerzo positivo”. 

En general, esta veterinaria nos explica que “el material debe ser suave o bien acolchado para que no roce en las zonas de fricción (pecho, axilas); no debe comprometer el libre movimiento de los miembros anteriores o torácicos (las patas delanteras deben moverse libremente y el perro debe poder andar, trotar y correr sin roce ni impedimento); la anilla de colocación de la correa debe ser trasera para que la tracción se reparta en todo el pecho y es preferible si se coloca por la cabeza que a través de las patas, ya que los perros suelen ser más sensibles a ser tocados en ellas”.

Y concluye que “es mejor el uso de un arnés que del collar, por la comodidad que producen en el perro que lo lleva y por las menores aversiones creadas con el entorno”. En el caso de elegir un collar, insiste en que no debe ser de cadena, ni de ahorque, ni de pinchos ni eléctrico, lo más ancho posible y con la correa siempre floja.

www.etologiaveterinaria.net

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