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Ellos también ayudan a los médicos

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Los perros de asistencia pueden acompañar a sus dueños al interior de los hospitales, con ciertas restricciones. Cada vez más personas necesitan perro guía, de servicio o alerta para acudir a citas o ingresos. Al principio, los médicos eran reticentes, pero con un poco de mano izquierda, cuando observan los beneficios que aportan, lo ven con otros ojos.

Por Miguel PELE

 

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Cada día es más habitual que personas con gran discapacidad dispongan de un perro guía (personas invidentes) o de servicio (personas con discapacidad física), incluso de alerta o perros señal. No se trata solo de animales de compañía, sino de sus ojos, oídos, brazos o piernas. Están adiestrados para suplir las carencias físicas o sensoriales y los necesitan durante las 24 horas del día. No conciben salir de casa sin ellos.

La ley está de su parte y permite ir en transporte público o acceder a comercios con ellos. Por supuesto,están extremadamente cuidados y perfectamente saludables para evitar contagio alguno. Sin embargo, no en todos los hospitales encuentran estas facilidades.

Como en todo, la constancia, la perseverancia y, sobre todo, el descubrimiento por parte de los sanitarios de los beneficios que aportan estos animales a sus dueños va abriendo, lenta pero inexorablemente, las puertas de los hospitales para sus consultas y, especialmente, cuando los pacientes tienen que quedarse ingresados.

Por lo general piensan que, como animales que son, estos acompañantes pueden contaminar los diferentes espacios hospitalarios por donde pasan, algo que con las medidas de higiene pertinentes no es problema. Pero también van viendo los beneficios que aportan a sus dueños: les transmiten calma, paz, eliminan el estrés por separación y hacen que la estancia en el hospital sea lo más parecida a la vida en su hogar.

Cuando tienen que someterse a pruebas no siempre son fáciles de controlar, especialmente si son personas con gran discapacidad. Se ponen tensos, los nervios afloran y las dificultades crecen. Pero con sus compañeros peludos, lograr que se relajen suele ser mucho más rápido y eficaz que las cariñosas palabras de médicos y enfermeras. Tras la operación, al despertar lo primero que buscan es a su compañero, que nunca les falla.

Como ejemplo, el de Sissi en Galicia: “Creían que estaba loca por ir con los perros al hospital hasta que vieron que no había manera de hacerle las pruebas a la niña y puse a O’Hara en la camilla y paró de inmediato. Estas cosas hay que verlas para creerlas. Ahora los propios médicos son los que los buscan. ¡Tenemos tanto que aprender de ellos!”.

Perros de asistencia

Cada comunidad autónoma dispone de una legislación similar sobre los perros de asistencia, como la de Galicia, que data de 2003, que distingue entre perro-guía o perro de servicio.

Legislaciones más actualizadas se van incluyendo otros tipos, en función de las nuevas necesidades de los usuarios. Los más habituales son los perros guía (para personas con discapacidad visual), los perros señal (para personas con discapacidad auditiva), perros de servicio (apoyan a personas con discapacidad física), perros de aviso o alerta médica (avisan de crisis de una enfermedad específica) y perros para personas con trastornos del espectro autista.

Estos animales deben acreditar que ha adquirido las aptitudes de adiestramiento necesarias, llevar en lugar visible el distintivo oficial correspondiente y cumplir las medidas higiénico sanitarias. Además, deberá estar esterilizado, no padecer enfermedades transmisibles al hombre y estar al día con las correspondientes vacunas.

En cuanto a acceso, tienen derecho de acceso a los centros sanitarios, asistenciales y socioasistenciales, con la única salvedad de las zonas restringidas al público en general, con limitaciones a los quirófanos, los espacios donde se llevan a cabo los cuidados y tratamientos de los servicios de urgencias, las zonas de cuidados intensivos o cualquier otra zona de un centro sanitario que, por su función, deba estar en condiciones higiénicas especiales.

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