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El ejército alemán demuestra

los potentes efectos de las intervenciones

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Con solo una sesión a la semana, los militares alemanes con estrés postraumático vuelven a sonreír y confiar en alguien.Una efímera investigación, únicamente cuatro sesiones de tres horas una vez a la semana, con 29 soldados pacientes del Bundeswehr Central Hospital Koblenzy diagnosticados de trastorno de estrés postraumático (TEPT), con 18 perros de servicio al aire libre, ha puesto de manifiesto en Alemania los potentes efectos de las Intervenciones Asistidas con Animales, IAA. Los militares, hundidos en su depresión, volvieron a sonreír y dijeron sentir felicidad de una forma abrumadora.

Por Carlos XESTAL

 

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En esta investigación realizada por Andrea Beetz del Instituto de Apoyo al Desarrollo Educativo Especial y Rehabilitación, Ira Schöfmann y Roger Braas del Centro de Salud Mental del Hospital Central Bundeswehr, Roland Girgensohn de la Academia Médica Bundeswehr y Christiane Ernst del Bundeswehr School of Dog Handling, las sesiones fueron impartidas por guías caninos militares con sus propios perros.


A pesar de las pocas sesiones, los soldados participantes se deshicieron en elogios sobre la terapia. “A través de la interacción con el perro pude relajarme y calmarme. Me ayudó a confiar en mí mismo de nuevo, para poder hacer al menos algunas cosas bien”, decía un paciente. “Me sentí completamente relajado, como si no tuviera ningún problema. Pude reír de nuevo y ser yo mismo. El sentimiento de felicidad fue abrumador, no lo he sentido en mucho tiempo” marcaba otro soldado. “Desde mi primer contacto con el perro hasta que tuve que despedirme, no he pensado ni una vez en mi TEPT y mis problemas”, remarcaba un tercer participante.
Las sesiones incluyeron una caminata, diferentes juegos, actividades de aseo y relajarse juntos. El bienestar mental del grupo de soldados que participaron en la IAA mejoró durante las 4 semanas de terapia, particularmente con respecto a la capacidad de experimentar alegría. Además, la relación con el adiestrador mejoró significativamente en el transcurso de la intervención, algo muy notable en pacientes con TEPT que generalmente tienen dificultades para confiar en otros, especialmente en personas nuevas.


El trastorno de estrés postraumático (TEPT) se diagnostica en el 3% de los alemanes y entre el 14 y el 16% de los militares estadounidenses después del despliegue en el extranjero. Si bien muchas personas experimentan eventos traumáticos durante su vida, solo algunas desarrollarán un TEPT o problemas relacionados. Ciertas poblaciones como miembros del ejército, bomberos, policías, primeros auxilios, refugiados o personas que viven en zonas de guerra tienen más probabilidades de experimentar eventos traumáticos.Internacionalmente, los ejércitos se enfrentan a un número creciente de soldados que reciben el diagnóstico de TEPT y están trabajando para mejorar las intervenciones terapéuticas.
En algunos países, como EE UU, como ya informó LADRIDOS, hay programas de apoyo a los veteranos de guerra, como el Puppies Behind Bars, PBB, que prepara cachorros de labrador en seis prisiones de EE UU para servir a veteranos de guerra. Estas interacciones se han investigado principalmente empíricamente en veteranos que viven con perros de compañía o con un perro de servicio o asistencia (psiquiátrico).

Perros criados en la cárcel para mimar a los veteranos de guerra


En esta ocasión se trata de un proyecto piloto del ejército alemán (Deutsche Bundeswehr) para apoyar la terapia estándar que ya reciben soldados con TEPT a través de una intervención asistida por perros a corto plazo. El grupo de intervención, que recibió el tratamiento estándar más la AAI incluyó a 29 pacientes (soldados) del Bundeswehr Central Hospital Koblenz, 26 hombres y tres mujeres, con una edad media de 38,7 años diagnosticados con TEPT. Siete eran solteros o divorciados, y 19 estaban casados o vivían con una pareja. Ocho pacientes tenían un nivel alto de educación; doce, medio y cinco, un grado más bajo.
Con frecuencia en el campo de AAI, la intervención se realiza por equipos especialmente entrenados de un “perro de terapia” y su guía, que es a veces, pero no siempre, una persona con un título terapéutico, educativo o médico. Sin embargo, en esta ocasión se optó por seleccionar soldados guías caninos, ya que al ser militar, el adiestrador de perros puede relacionarse más fácilmente con el paciente debido a experiencias similares, como el despliegue en el extranjero y el conocimiento sobre los desafíos de trabajar en el ejército.
Según los responsables de estas sesiones, “los pacientes en grupos de diez fueron conducidos del hospital a la Escuela de Adiestramiento de Perros de la Bundeswehr juntos, una vez a la semana, durante una mañana (aproximadamente 3 h de tiempo de intervención allí; 4 h incluido traslado)”. Las IAA suelen ser sesiones mucho más cortas, pero en ese caso se creyó conveniente alargarlas “para dar a los pacientes el tiempo suficiente para adaptarse a la situación (enfrentarse nuevamente con uniformes, cuarteles, etc., evitado durante mucho tiempo) y no sentirse estresado”.
Otra diferencia de este proyecto piloto es que las sesiones no incluyeron terapia, “sino que tuvieron como objetivo distraer los síntomas, como un descanso de la terapia centrada en el trauma en el hospital”.

Prueba obligatoria de competencia social
Los 18 equipos de perros, de raza labrador retriever o malinois, fueron seleccionados para minimizar los riesgos. Para asegurar su alto nivel de competencia social y amistad con los humanos pasaron una prueba con cinco partes:
1- Se crearon situaciones cotidianas, por ejemplo, enfrentarse a una persona cojeando, tropezando o caminando con un bastón blanco. Se incluyó una situación amenazadora y se observó al perro.
2- Para la segunda tarea, el perro tiene que demostrar buena obediencia. Debe regresar de manera confiable cuando se le llame, caminar con una correa de manera ordenada junto al adiestrador de perros y esperarlo en un lugar específico cuando se le indique.
3- Situaciones en interiores: humanos que lloran, gritan, hacen ruido, abrazan al perro sin previo aviso o lo manipulan físicamente.
4- Para la cuarta tarea, el perro es llevado a situaciones del centro de la ciudad. Debe estar tranquilo con grandes eventos y un gran número de personas, así como en transporte público.
5- Cuando se encuentra con otros perros, debe ser amigable o al menos neutral.

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