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FUERA DE NUESTRAS FRONTERAS
dentro de la cámara de los volun-
tarios (por ejemplo, ropa, cualquier
dispositivo electrónico, etc.) con la
excepción del voluntario. Una se-
gunda cámara, la cámara en blan-
co, servía como control de fondo
para las propias cámaras y, por lo
demás, estaba vacía.
Las tres cámaras (el objetivo, el
distractor y el blanco) contenían
componentes idénticos. Tres bom-
bas de aire independientes introdu-
jeron aire limpio en las cámaras de
forma idéntica.
Cuatro experimentos
Una vez todo preparado se realiza-
ron varios experimentos. El primero
con perros que no habían trabajado
la detección de olores humanos,
aunque sí habían sido entrenados
con la detección de olores en un
olfatómetro. Las pruebas se reali-
zaron, excepto de la primera fase,
en doble ciego. Las respuestas co-
rrectas se reforzaron con comida.
El segundo fue con ocho equipos
certificados de búsqueda y rescate,
SAR. Cada guía entrenó a su pe-
rro con refuerzo positivo. El tercero
fue con seis perros que no habían
logrado completar un programa de
perros detectores del gobierno y
puso de manifiesto que el aliento es
un componente importante del olor
humano. El cuarto tuvo como ob-
jetivo evaluar más a fondo las res-
puestas espontáneas de los perros
a la respiración y a un voluntario en
la cámara y participaron los mismos
perros que en el tercer experimento.
Una de las conclusiones a la que
llegaron los investigadores es que
métodos de recolección de olores
humanos no lograron represen-
tar adecuadamente el olor huma-
no completo, pero la respiración sí
mostró un resultado positivo impor-
tante, lo que indica que en un es-
cenario de búsqueda y rescate en
el que una persona está confinada,
la respiración es uno de los facto-
res más importantes. “Nuestros re-
sultados confirman que, desde la
perspectiva de un perro detector,
el olor humano es una combinación
de volátiles de origen respiratorio y
cutáneo”, concluyen.
Nº 86 abril 2024 LADRIDOS 37