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LA EDUCACIÓN CANINA
plo, cuando los adultos se tumban mir sus problemas de conducta tras tablecimientos rurales, donde sue-
en el sofá a ver la tele) y momentos sesiones de educación canina, y no len permitir alojarse con perro, han
estresantes (por ejemplo, los paseos son los más apropiados para aho- estado al completo en nuestro país
entre ruidos de un tráfico estresante). ra convivir “sin control” en calles o gracias al turismo nacional. Un buen
Por el contrario, los “perros de pue- campos rurales. “laboratorio” para observar el com-
blo”, suelen pasear por las calles so- Los adiestradores están acostum- portamiento de las mascotas de ciu-
los, (más cuando los municipios son brados a recibir entre sus “clientes”, dad. Y no ha faltado la polémica. En
más pequeños), entran y salen de su y muchos viven de ellos, a perros un alojamiento en Cazalla de la Sie-
casa sin “pedir permiso”, conviven que tienen problemas de conviven- rra, en plena sierra de Sevilla, unos
con otros animales como gallinas, cia cuando sus dueños los sacan de clientes con mascota se quejaron
cabras, conejos o gatos, e incluso a la zona de confort en la que pasan la en la valoración del establecimiento
veces se tumban a dormir en medio mayor parte de su día y salen a la calle. de que “al tener varios perros suel-
de la calle, por la que apenas pasa La falta de paseos y ejercicio físico tos por la finca es un problema si
gente, y si lo hace va sin las prisas de acaba en comportamientos indesea- vas con uno que no sea amigable”.
la ciudad. bles de los canes. También la falta de Es decir, que el problema no es que
Para estos animales cruzarse con juegos mentales hace que nuestros el perro de ciudad no sepa convi-
un niño que va al cole en bicicle- perros desarrollen actitudes incluso vir fuera de su actividad estresante,
ta no significa ningún problema, y agresivas. Aunque estas situaciones sino que el problema es que “haya
aunque pasen horas deambulando se controlen en las ciudades, cuan- perros sueltos en el entorno rural”.
por el pueblo apenas ladran y saben do el perro llega al pueblo resulta Comportamientos que todo dueño
perfectamente cuál es su hogar y difícil la adaptación lo que deriva en de perro de ciudad debe de tener en
quién su dueño. Cuando un “perro problemas de convivencia en el me- cuenta si se está planteando en ha-
de ciudad” llega a uno de estos lu- dio rural. cer la mudanza a un bucólico muni-
gares, ahora tan codiciados por los cipio de los más de 5.000 de menos
ciudadanos, lo primero que le ocurre “Laboratorio” perfecto de mil habitantes que hay en nuestro
es que se desconcierta. Si ve a un Durante este verano, las casas y es- país de un total de 8.131.
niño en bicicleta lo normal es que se
lie a ladridos y rompa la tranquilidad
reinante. Si el dueño lo deja suelto,
mejor que no encuentre las gallinas
que tenga algún vecino. Para él son
especímenes “nuevos” y correrá de-
trás de ellas con todas sus fuerzas.
También lo hará si ve a unos chicos
jugando a la pelota contra alguna pa-
red o con algún balón. Su primer ins-
tinto será ir en busca de lo que con-
sidera su juguete y traerlo hasta su
dueño, para que se lo vuelva a lanzar.
Cuando pase la furgoneta que lleva
el pan, o el pescadero venga algún
día a la semana con los frutos del mar,
el perro del pueblo se acercará a ver
si le cae alguna recompensa, pero el
de ciudad, en el mejor de los casos,
correrá detrás del vehículo ladrando
hasta que deje de tocar el claxon.
Adiestrador, ¿eso qué es?
Los perros de los pueblos, que nun-
ca han visto de cerca un adiestrador,
etólogo, educador canino ni nada
que se le parezca, conviven con to-
dos, y todos los vecinos, incluidos
otros perros, son sus “amigos”.
Algunos perros de ciudad han
aprendido a ser amigables y repri-
Nº 46 diciembre 2020 LADRIDOS 21