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LA SOLIDARIDAD




       cuenta Elisa—. Como vivo
       cerca la había visto varias                                              María y Elisa
       veces. Me acerqué a ella,                                           junto al pórtico de
       le pregunté qué era lo que                                           entrada observan
                                                                                a uno de sus
       hacía  y,  desde  entonces,                                          perros comiendo
       empecé a acompañarla».
       Cuando llega, se sienta en
       un banco, junto a María, a
       conversar y acariciar a los
       perros, que se les acercan
       y se quedan quietos mien-
       tras reciben sus mimos.
         Yo venía todos los días
       con ella —habla Elisa so-
       bre María—, y a veces le
       daba algo de dinero o ali-
       mentos, pero muy poco.
       La verdad es que ella pasó
       años sola consiguiendo
       toda la comida y cocinán-
       dola para los perros de su
       casa y los de aquí. No sé
       cómo lo lograba.
         “Buscaba viandas: bo-
       niato, calabaza, malanga,
       de todo, menos yuca y
       papa, que no pueden co-
       mer. También hay mucha
       gente que me conoce y me guarda                       vehículos que entran y salen del re-
       los huesos de pollo, que yo los meto                  cinto o salen y tienen algún acciden-
       en la olla de presión, los ablando, los               te; como El Cojito, que perdió una
       machaco para volverlos una pasta y                    pata al chocar con una moto en la
       se los doy. Y el arroz de mi cuota era                avenida Calzada.
       para ellos. Mi esposo y yo nada más                     Cuando han comido todos los
       comíamos viandas. Él me ayudaba                       perros  de  la  entrada,  Marina  sigue
       cantidad. Falleció hace poco. Aho-                    el recorrido, junto a Elisa, hasta el
       ra estoy sola en el apartamento y, la                 Osario Central, en cuyos alrededo-
       verdad, tengo demasiados perros,                      res viven los que han resuelto llamar
       pero imagínate, a mí me da lástima                    Los Jibaritos,  porque es imposible
       cada vez que veo uno por ahí…”,                       acercárseles.
       comenta María.                                          “A estos hay que dejarles el plato,
         Así estuvieron bastantes años                       alejarse, esperar a que terminen de
       hasta que María cogió el covid a al                   engullir y, entonces, recoger el reci-
       principio de la pandemia y empezó                     piente. Si están enfermos, práctica-
       los días llega a las cuatro y media  a  2             metiéndoles la medicina en la comi- 21
       a hacerse cargo Marina, que todos
                                                             mente la única forma de curarlos es
       dar de comer a los perros o los tra-  millones de     da”, matiza.                          metros de altura
       tamientos que necesiten.              personas hay      Tras haber alimentado y visto —     tiene el gran
         Lleva un carrito metálico con pla-  enterradas en   aunque sea de lejos— a todos los      pórtico que
       tos plásticos, pomos y una cubeta     las más de sus   perros del lugar, las protectoras re-  sirve de entrada
       grande. Sirve comida en los platos    56.000 tumbas.   gresan a la entrada de Calzada y     principal, hecho
       y los va diseminando para que cada    El primero      se van a sus respectivos hogares.     en mármol de
       perro alcance uno. Los conoce a to-   fue Calixto     A esa hora, las puertas del cemen-    Carrara, que
       dos: Shakira, La Niña, El Cojito, Ne-  Aureliano de   terio están cerradas al público. Los   representa
       gro, la Jimagua… Si alguno no apa-    Loira Cardoso,   custodios solo las abren para ellas,   las virtudes
       rece, lo busca en los alrededores.    arquitecto      las protectoras de quienes, a su vez,   teologales: fe,
         Cada cierto tiempo, alguno desa-    a cargo del     los protegen a ellos en las guardias   esperanza y
       parece sin más, lo arrolla uno de los   proyecto inicial  nocturnas.                        caridad




        Nº 70 diciembre 2022                                                                    LADRIDOS   29
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