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FUERA DE NUESTRAS FRONTERAS
temen que acaben desaparecien- dor de la Palma de Oro de Cannes polémica por las protestas de hos-
do, como hace un siglo, cuando en en 2010 al mejor cortometraje por teleros que insisten en que los pe-
1910, para modernizar Estambul si- “La isla de los perros”, sobre el dra- rros dan mala imagen de la ciudad,
guiendo el modelo de las grandes ma de Hayirsizada. perjudican a sus negocios y deben
capitales europeas, las autoridades Turquía aprobó su primer proyec- ser retirados.
otomanas expulsaron a casi 80.000 to de ley de protección de los ani- En una ciudad dividida, lo cierto
perros errantes a, Hayirsizada una males en 2004. En ese momento, es que los perros por las esquinas
isla desierta del mar de Mármara. legitimó el método de captura, este- son para muchos una parte insepa-
La mayoría de ellos murieron de rilización, vacunación y devolución rable de la identidad de Estambul,
hambre y sed. (CNVR). Prohibió el sacrificio de en las fotos de los turistas siempre
“Tenemos la impresión de que perros en libertad, excepto «en los aparecen y se observa una buena
cien años después, los perros sir- casos especificados en la ley 3285 convivencia en la calle entre anima-
ven de nuevo de chivo expiatorio”, de salud e inspección animal». Se les y ciudadanos.
considera Serge Avédikian, gana- prohibía la eutanasia a no ser que
los perros padecieran «enfermeda-
des y afecciones incurables, como
enfermedades terminales».
Se encargó a los ayuntamientos
el cuidado de los perros de la calle
y que los llevaran a refugios gestio-
nados por la comunidad, donde los
perros eran castrados, vacunados,
rehabilitados y se les implantaba un
chip digital en las orejas, lo que les
daba un número de identificación
para su seguimiento.
En 2018 Erdogan prometió refor-
zar las leyes de protección de los
animales. Finalmente, en 2021, el
Parlamento turco aprobó un nuevo
proyecto de ley sobre derechos de
los animales. La ley prohibía la ven-
ta de todos los perros y gatos en
las tiendas de animales, los clasifi-
có como «seres vivos» en lugar de
mercancías, y castigaba el maltrato
animal hasta con cuatro años de
cárcel.
Refugios, de pena
Los animalistas insisten también
en que los refugios de animales del
país otomano son sitios donde los
perros viven en condiciones deplo-
rables. En una entrevista con The
Independent, Mine Vural, activista
por los derechos de los animales
y técnico veterinario en Estambul,
dijo que «en general en Turquía, los
refugios son campos de trauma y
muerte para los animales». Otros,
como el abogado Hacer Gizem Ka-
rata, del Comité de Vigilancia de los
Derechos de los Animales (HAKİM),
afirmó que enviar a los animales
callejeros a los refugios significa en
realidad su sacrificio.
El mes pasado se ha reavivado la
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