Los primeros canes especializados en buscar tumbas colectivas con restos de cientos de años
En una época en la que la historia remueve tiempos pasados y ayuda a encontrar antepasados que sufrieron el desprecio incluso hasta en su enterramiento, un grupo de perros y sus guías se ha especializado en detectar tumbas sin marcar donde las personas allí amontonadas son desconocidas.
Por M. ARAMBARRI/Fuente: akc
Los denominados “perros de cadáveres”, que están especialmente entrenados para usar su sentido del olfato para localizar restos humanos, incluso bajo el agua, y alertar a las personas sobre ellos, han dado un paso más en su trabajo: encontrar las tumbas sin marcar de personas que murieron hace cientos de años.
Estos canes detectores trabajan principalmente en Estados Unidos donde a muchos afroamericanos e indígenas en todo el país, debido al racismo estructural, se les ha privado de saber quiénes fueron sus antepasados, o incluso dónde fueron enterrados.
La prestigiosa especialista en perros, Cat Warren, explicó que “aunque los perros no son mágicos, lo que pueden hacer con su nariz es notable. Los perros tienen la capacidad de ayudarnos a olfatear la historia y cambiar nuestras relaciones contemporáneas con las personas que nos han precedido. Los perros pueden alertarnos de restos de hasta hace 2.700 años, lo que los hace invaluables para ayudar a las comunidades a encontrar y honrar los cementerios de las comunidades marginadas”.
Según Warren, en todo el país hay “Cementerios afroamericanos donde las personas que podrían estar enterradas allí son desconocidas, y tal vez incognoscibles, porque esencialmente hemos destruido su historia a través de actos intencionales y no intencionales”. Para ella, la urgencia del trabajo con cadáveres históricos tiene sus raíces en el papel que pueden desempeñar los perros para preservar estos aspectos de la historia que se han perdido o borrado.
Cat Warren dio una conferencia sobre la importancia de contextualizar el uso de perros cuando se habla del racismo en los Estados Unidos, que ha tenido una gran repercusión en el mundo entero.
“El uso de perros de cadáveres bien entrenados para ayudar a devolver su posición a las comunidades negras e indígenas es una manera de darle la vuelta al uso histórico de los canes contra la comunidad negra, además de “tratar de devolverles una historia robada”. Durante la esclavitud, se usaban perros para rastrear y aterrorizar a los esclavizados. “Durante la era de los derechos civiles, los perros encargados de hacer cumplir la ley se usaban para atacar a los manifestantes pacíficos”.
Cuando se trabaja con cadáveres históricos, no se trata de que los perros y los adiestradores salgan a buscar tumbas sin marcar en lugares aleatorios. Deben colaborar con los dueños de propiedades, historiadores y miembros de la comunidad que identifican los lugares donde se cree que las personas fueron enterradas.
“Se necesitan perros, y se necesita imaginación, y se necesita historia oral e historia documentada y una combinación de esas cosas”, dice Warren.
En la búsqueda de cadáveres históricos, los perros están entrenados para cubrir un área muy lentamente. Cuando un perro alerta, se utiliza un radar de penetración terrestre (GPR) para confirmar la presencia de lo que probablemente sean sitios de entierro.
La urgencia de las búsquedas históricas de cadáveres
A primera vista, este trabajo histórico con perros de cadáveres puede parecer menos urgente que encontrar a una persona desaparecida. Para Warren la importancia de esta detección proviene de que “hay miles y miles de cementerios de gente sin identificar y cada día más de ellos son destruidos”, sin que ni siquiera las autoridades o las comunidades se den cuenta de que están construyendo encima de las fosas.
Ante este dilema, Kathleen Connor con su labrador retriever Seamus decidió hace año y medio cambiar la búsqueda de víctimas de catástrofes, que hacía desde 1996, por la detección de cadáveres históricos. Para Connor, la energía del movimiento Black Lives Matter la inspiró a usar las habilidades de su perro para ayudar a las comunidades negras a encontrar tumbas de personas que habían sido esclavizadas.
Uno de los principales exponentes en la búsqueda de cadáveres históricos es Paul S. Martin, quien trabaja con su perra Abby, una labrador retriever chocolate hembra de 3 años. Martin trabaja en búsqueda y rescate con perros desde 1997 y desde 2000 en exclusiva en detección de restos anónimos. A Martin le apasiona usar perros para encontrar y preservar estos cementerios, y señala que los lugares de entierro corren el riesgo constante de perderse para siempre.
“Creo que tenemos que utilizar todos los recursos disponibles para evitar la perturbación no intencional de los entierros humanos cuando se trata de proyectos de construcción, y también tenemos que reconocer el espacio que aún ocupan los que nos precedieron”, dice. “Por eso es tan crítico marcar los entierros y cementerios anónimos de los pueblos indígenas, los esclavos, los aparceros y todos aquellos que no gozaron del mismo estatus económico y sociopolítico que los que se encontraron enterrados en el gran antiguo cementerios.”
Una búsqueda lenta y metódica
Por motivos históricos, los perros se mueven a través de un área de búsqueda de cadáveres de manera diferente a como lo harían en el caso de una persona desaparecida. Las búsquedas históricas de cadáveres requieren enseñar a los perros a trabajar lentamente. “Si está tratando de buscar a alguien en 100 acres de bosque, esa velocidad es importante”, dice Warren. “Pero en este caso, los perros que trabajan metódicamente son muy importantes”.
Para Connor, “el trabajo histórico con cadáveres se trata de poner la nariz del perro sobre cada centímetro cuadrado porque enterrado es mucho más difícil de encontrar que un cuerpo a nivel del suelo”.
El importante progreso de encontrar y preservar cementerios afroamericanos e indígenas es lento pero continuo. Actualmente hay proyectos de ley en la Cámara de Representantes y el Senado de los EE. UU. para preservar los Cementerios Negros Históricos. “Los estados y las entidades federales deben ver esto como una prioridad”, dice Warren. “Tiene que ser una conversación con las comunidades, los descendientes y las agencias de financiación sobre qué es una conmemoración adecuada”.
Mientras tanto, Connor, Martin, sus perros y otros equipos de cadáveres históricos como ellos continuarán usando su entrenamiento para olfatear estas partes importantes, pero a menudo ignoradas de la historia estadounidense.
LADRIDOS destapó cómo los canes se han cebado con la comunidad negra
Una investigación periodística desveló que los perros de las unidades caninas americanas hieren de gravedad, o incluso matan, con total impunidad a detenidos por la Policía, la mayoría negros, jóvenes, desarmados o acusados de delitos leves.
(Investigación realizada por IndyStar, galardonada con el prestigioso premio nacional de la Asociación de Corresponsables de la Casa Blanca)
El trabajo realizado durante un año por la asociación de periodistas de IndyStar, organización de noticias sin fines de lucro que cubre el sistema de justicia penal de EE UU, acaba de desvelar que las Unidades K9 del país trabajan sin control y se usan en casi todos los estados como arma agresiva contra sospechosos que acaban heridos de gravedad o incluso muertos. Las cifras de esta investigación son aterradoras: en Indianápolis, por ejemplo, que lidera el ranking de mordeduras de K9 de las grandes ciudades estadounidense, cada cinco días un perro ataca de forma peligrosa a algún sospechoso, la mayoría de ellos negros, jóvenes, desarmados y acusados de delitos menores sin atisbo de agresividad.
“Estos perros, cuyas mandíbulas y dientes son lo suficientemente fuertes como para atravesar láminas de metal, a menudo producen lesiones graves. La Policía los emplea no solo en emergencias, sino también en incidentes no violentos de bajo nivel. Los perros muerden a miles de estadounidenses cada año, incluidos transeúntes inocentes, agentes de Policía e incluso sus propios adiestradores. Y hay poca supervisión, a nivel nacional o en los estados, de cómo los departamentos de Policía los usan”, indican en su informe.
Según descubrieron los reporteros, entre 2017 y 2019 las ciudades donde más perros K9 fueron agresivos son Indianápolis, donde hay registradas 243 mordeduras, Los Ángeles con más de 200 ataques, Phoenix con 169 registros o el Departamento del Sheriff en Jacksonville, Florida, con 160 agresiones caninas en este período.
Otro hecho que destapan, tras explorar el mundo oculto de las unidades policiales K-9, es que muchas personas mordidas estaban desarmadas, acusadas de delitos no violentos o incluso ni eran sospechosas de nada y la agresión canina se produjo por cosas tan ridículas como un problema con una matrícula, una llamada de atención por orinar en público o un hombre que buscaba un gato perdido.
Los periodistas han descubrieron esta atrocidad tras examinar miles de páginas de documentos de los registros públicos de los departamentos de Policía de las 20 ciudades más grandes del país y cotejarlos con expedientes judiciales de los procesos abiertos.
(Páginas 18-20)
Premio al reportaje sobre el uso violento de perros policía en EE UU
Ejemplos de la vergonzosa brutalidad de los perros policía
Objetivo: cadáveres bajo el agua