El covid frena la terapia contra el estrés de los universitarios
Skot, Lupi y Pepo están de vacaciones desde que comenzó la pandemia, bueno en realidad Skot se ha jubilado. Son tres perros que nunca olvidarán 217 estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid a los que ayudaron a superar el estrés al inicio de sus carreras universitarias. El programa, Compludog, de la Complutense que relaja a los estudiantes cuando se incorporan a la facultad de la carrera universitaria elegida, quedó cancelado por el coronavirus y los canes viven con los técnicos de intervención asistida.
Por Óscar REKALDE
El programa forma parte de una tesis doctoral en la Facultad de Educación, por lo que aunque el primer año se desarrolló en cuatro facultades, Química, Enfermería, Sociología y Educación, posteriormente “Se decidió luego hacerlo solo en la Facultad de Educación”, indica a LADRIDOS, Diana Peña, coordinadora de la actividad, Pedagoga, Experta y Técnico en Intervenciones Asistidas con Animales.
Cuando un estudiante inicia sus estudios en la Universidad su vida cambia por completo. Los horarios, las materias, los compañeros, incluso en muchos casos el lugar de residencia lejos de su familia es nuevo para ellos. Estas situaciones, que les pueden provocar estados de ansiedad, estrés o cambios de humor, son los principales motivos por los que los alumnos demandan asistencia psicológica en aquellas universidades que ofrecen este servicio.
Esto es lo que llevó a la Universidad Complutense de Madrid a poner en marcha el programa “compludog” con el objetivo de “Reducir el estrés, y aumentar el bienestar y las habilidades sociales”.
Por este programa han pasado ya 217 estudiantes de primer curso. Los primeros 64 alumnos provenían de cuatro facultades, Química, Enfermería, Sociología y Educación y trabajaron con un único perro de terapia, Skot, adoptado por la propia Diana Peña y el que comenzó el programa. Tras validar el programa, y comprobar si el número de perros y estudiantes por sesión era el adecuado se incorporaron dos perros más y las terapias se extendieron a un total de 102 alumnos de estudiantes de primer año de Grado de la Facultad de Educación.
Con este grupo, se realizó la evaluación del programa, “se hicieron medidas más exhaustivas y se controló todo el proceso”.
En la tercera ronda los tres perros trataron solo con 51 alumnos, ya que el coronavirus frenó en seco su trabajo. El programa fue suspendido “debido a los protocolos de prevención del COVID-19, puesto que la distancia de seguridad no podría asegurarse en las sesiones además de por protección hacia los animales”, indica a LADRIDOS, Diana Peña, la coordinadora del programa.
Esta experiencia es pionera en España, aunque ya existen programas similares consolidados en universidades de prestigio como Harvard o Yale, donde los estudiantes viven con fuerza el desarraigo al estudiar muy lejos de donde lo hicieron en sus etapas escolares anteriores.
Adoptados
Los canes, mestizos, provienen de protectoras. Mucho antes de poner en marcha Compludog, Skot, Lupi y Pepo fueron adoptados de refugios por los propios técnicos de Intervención Asistida con Animales y entrenados para trabajar en ello.
Cada uno de los animales, dice Peña, tiene su propia personalidad, lo que resulta muy útil para adaptarse a cada persona: “Skot siempre ha sido un perro manta, de relajación; tú te tumbas conmigo y me acaricias. Lupi era una perra que estaba abandonada, y ha tenido una vida más complicada, lo que nos ayuda a trabajar con los alumnos que son así, a los que normalmente te cuesta acceder. Y para Pepo, un mestizo de labrador de nueve años que parece un cachorro, todo es juego y diversión”.