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Las salamanquesas pueden dejar numerosos parásitos en el estómago de tu minino

lagartija

 

Inofensivas para los humanos, si se cruzan ante un gato las ansias depredadoras harán que la cace y, tal vez, se la coma. Le puede acarrear problemas digestivos, en el hígado o en la vesícula biliar. Ahora el gato está acostumbrado a su pienso y esta presa de antaño hoy solo le aporta enfermedades

Por Almudena NEGRO

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Son adorables y nos encanta que estén por nuestras casas, ya que ayudan a controlar las plagas de mosquitos, arañas o moscas. Además, las vemos en días soleados, cuando el frío no acecha, ya que son animales que en invierno se refugian en madrigueras y entran en un estado de aletargamiento o brumación. ¡Les encanta el sol! Llegan a vivir una década, miden en etapa adulta entre 10 a 15 centímetros de longitud y son animales absolutamente inofensivos para el ser humano. Pero no para tu gato. ¡Ojo!
Si tu gato se topa con una lagartija o una salamanquesa, considerará que es un manjar como la lasaña para Garfield. Tienes que estar atento. Porque puede causarle graves problemas de salud. Vómitos, temblores, fiebre, infección, pérdida de apetito o letargo pueden ser la consecuencia, además de una obstrucción intestinal, ya que les cuesta mucho digerirlas.

Parásitos
El otro problema es que las lagartijas son portadoras de infinidad de parásitos. Ten en cuenta que se refugian hasta en las alcantarillas. El Platynosomum concinnum es un parásito muy habitual en lagartijas, que le puede causar al gato que se la ha zampado problemas hepáticos o biliares. Otros parásitos se desarrollan en el interior del cuerpo de tu gato durante semanas. Los huevos los expulsa a través de las heces, por lo que si tienes más de un gato todos estarían en riesgo de contagiarse. La infección suele ser asintomática, pero, como te decimos, puede causar lesiones hepáticas, que pueden llevar a una insuficiencia y al fallecimiento del animal.
La lagartija también puede estar infectada con Platynosomum fastosum, que ataca el hígado, la vesícula biliar y los conductos biliares del gato.
Otro parásito que puede estar presente en la lagartija es el trematodo hepático, más común en Estados Unidos que en Europa. Este infecta el hígado, vesícula biliar y vías biliares de los gatos, y puede llevar a una inflación del hígado grave. Los síntomas son letargo, pérdida de peso, inflamación, fiebre, vómito, diarrea e ictericia.
Finalmente, la salmonela suele estar presente en la lagartija y la salamanquesa. Sus síntomas son vómitos, letargo, diarrea, aumento del ritmo cardíaco, fiebre, debilidad, exceso de salivación, falta de coordinación motora, convulsiones, espasmos, dificultad para orinar, pupilas dilatadas o pérdida de apetito. Si tu gato muestra alguno de estos síntomas, ni te lo pienses, corre al veterinario, porque una respuesta rápida puede ser determinante. Los veterinarios son muy conscientes del problema y sabrán cómo ponerle a tu gato el tratamiento idóneo.

La investigación
Es verdad que tu gato no va a comprender ni intuir nada de esto y que, debido a su innato instinto depredador se lanzará a por la lagartija. O, en el mejor de los casos y debido a que ya ha comido su pienso, jugará con ella hasta que se aburra. Un gato bien alimentado reduce sus ansias por la caza.
Un equipo de investigación de la Universidad inglesa de Exeter ha demostrado, tras estudiar a 355 gatos de 219 hogares diferentes durante 12 semanas, que el juego y la dieta pueden reducir notablemente las ganas de cazar en los gatos. Durante este estudio, publicado en Current Biology, en el año 2021, los propietarios de los gatos simulaban la caza, permitiendo al animal perseguir, acechar y caza un juguete de plumas. Después les daban un ratón de juguete. Entre 5 y 10 minutos de juego al día disminuyeron la caza en un 25%.
Alimentar a tu mascota con pienso de alta calidad redujo en un 36% el número de bichitos que cazaron. Hay que vigilar que contenga proteína de origen animal, porque las proteínas de origen vegetal como la soja no son suficientes para los gatos, y acaban cazando.
En cuanto a los collares coloridos para proteger a las aves, redujeron la caza felina en un 42%. Pero no en cuanto a mamíferos. Por cierto, los cascabeles no sirven para nada. El gato aprende a cazar con ellos puestos.
Si ves que tu gato se lanza a por una lagartija, lo mejor que puedes hacer es distraerle con sus juguetes, para que su caza se limite a estos. O quitársela. En caso de que hayas llegado tarde y ya le haya pegado un bocado, fotografía los restos del animal, con el fin de identificar la especie si hubiera consecuencias.
Para evitar tener lagartijas en casa y que esto suceda, se recomienda cerrar puertas y ventanas el mayor tiempo posible. Pero, en todo caso, tu gato, si sale de casa, puede localizarlas en el jardín. Estate atento. Si decide traerte una lagartija viva como presente, acaso aburrido de los pájaros, no le regañes, pero deshazte de este presente de amor gatuno. Y si notas que le encanta atrapar y comer lagartijas con frecuencia, quizá sea que le falta algún nutriente en su dieta. Revisa su horario de alimentación y la calidad de la misma.

Parásitos y enfermedades

- Platynosomum concinnum, el más habitual en las lagartijas, produce problemas hepáticos y biliares.
- Platynosomum fastosum, ataca al hígado, vesícula y conductos biliares.
- Trematodo hepático, más común en Estados Unidos, que pruduce letargo, pérdida de peso, inflamación, fiebre, vómito, diarrea...
- La salmonela, que origina vómitos, letargo, diarrea, aumento del ritmo cardíaco, fiebre, debilidad...

(Paginas 34 y 35)

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