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Moneda de 2.000 florines para el galgo húngaro

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Magyar Agár, como es conocido el galgo húngaro, es uno de los lebreles más veloces. Silencioso y elegante por naturaleza estuvo a punto de desaparecer con las dos guerras mundiales. El empeño de cazadores húngaros y el reconocimiento de la FCI en 1971 aumentó su popularidad. Desde el 4 de octubre tiene su moneda de curso legal de 2.000 florines húngaros.

Por Óscar REKALDE / Fotos: Casa de la Moneda de Hungría

  

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La Casa de la Moneda de Hungría, en su empeño por mostrar las razas de su fauna autóctona en impresionantes diseños en el reverso de monedas, ha emitido una serie numismática coincidiendo con el día de los animales el 4 de octubre. Esta moneda que es la tercera, tras el braco húngaro y el pastor húngaro, se ha convertido en menos de un mes en un bien codiciado no solo por coleccionistas, sino también de amantes de los animales. Esta serie, denominada «Perros Pastores y de Caza Húngaros», ha conseguido aunar varios elementos que desde su inicio auguraba iba a ser todo un éxito: animales, perros, diseños y precios razonables, según indican los expertos en el mundo de la numismática. Las dos primeras monedas de esta serie; el Komondor y el Vizsla, vendieron 10.000 piezas en unos días. Un éxito estelar para la Casa de la Moneda de Hungría, gracias a la serie de perros tan popular en todo el mundo entre los criadores y propietarios. En esta ocasión, en solo veinte días a la venta, las 15.000 monedas lanzadas del Magyar Agár o galgo húngaro, diseñadas por Boglárka en la Magyar Pénzverő Zrt. (Casa de la Moneda de Hungría, Ceca de Budapest) ya tienen dueño.

Esta tercera moneda sigue el patrón de las dos primeras, ofreciendo imágenes del Galgo Húngaro en ambas caras de esta moneda de curso legal de 2.000 florines. Hay un perfil del perro en el anverso y una pareja corriendo en un campo con un cazador a caballo en el reverso. Al igual que las primeras monedas de la serie, esta pieza está acuñada sobre cospeles de cobre-níquel-zinc de 34 mm de diámetro y un peso de 16 g. La acuñación máxima permanecerá establecida en 15.000 ejemplares. En el anverso de la moneda, se muestra un perro Gazehound húngaro de semiperfil. El motivo central captura los atributos y características de este perro, mostrando fuerza y elegancia. En el reverso, se representan dos perros de caza húngaros mientras persiguen una presa en medio de las praderas La representación demuestra bien que esta raza se mueve como si abarcara el espacio, alcanzando en ocasiones los 60 km/h de velocidad. La escena se completa con la figura del propietario a caballo que observa la persecuciónEsta serie de monedas está siendo todo un éxito desde su primera pieza emitida en 2019, agotándose a los pocos días de ponerse a la venta. La segunda algo parecido y esta tercera ha seguido el mismo camino, a pesar de que el volumen de emisión máximo ha sido aumentado de 10.000 a 15.000 monedas.

 

Originario de Hungría en el siglo IX, Magyar Agár es un poco más largo y robusto que otros galgos europeos o asiáticos. Tradicionalmente conocidos como perros de caza, también son buenos perros guardianes y compañeros perfectos para las familias de estilo de vida activo de hoyLos expertos creen que los magiares trajeron a estos perros con ellos cuando se establecieron por primera vez en la cuenca de los Cárpatos alrededor del siglo IX. Aparecieron por primera vez en el antiguo Egipto y, desde entonces, se han mantenido prácticamente iguales. En particular, se sabe que el lebrel húngaro llegó a Europa Oriental con las mismas características físicas y el comportamiento que conocemos hoy en díaLos magiares, que realmente eran grandes cazadores, los llevaron con ellos y los introdujeron en el territorio cuando conquistaron Pannonia (una antigua región entre los ríos Danubio y Sava). Se dice que cuando salieron del centro de Asia, llevaban este precioso animal con ellos. En cuanto a sus habilidades de carrera, el Magyar Agár tiene más resistencia en distancias más largas, pero no puede acelerar tan rápido como el Greyhound. Los criadores cruzaron los dos en los siglos XIX y XX para agregar más resistencia al linaje de Greyhound y reavivar las poblaciones menguantes de Magyar Agár después de la Segunda Guerra Mundial. Para evitar que se extinguiera su lebrel en beneficio de una raza más rápida, los húngaros reconstituyeron la raza a partir de ejemplares encontrados en las granjas de su país. Los ejemplares fueron seleccionados por sus grandes cualidades como guardianes y cazadores.

Persigue con la vista
Puede parecer simplemente otro galgo, y aunque está relacionado con el inglés y el español, el lebrel húngaro es una raza propia. El galgo húngaro a diferencia de otros galgos o de perros de otras razas, persigue a la presa más con su excelente vista que con el olfato. Hoy en día es una raza de perros muy común en Rumanía y Hungría, pero es menos popular fuera de estos países. Este perro es poco ladrador, está dotado de una hermosa energía, pero es tranquilo, equilibrado y muy silencioso cuando está en el interior. Desconfiando de los extraños, tiene buenas habilidades de guardia y protección.

Los datos
15.000 monedas del galgo húngaro
9 monedas, una por año, componen la serie

(Páginas 18 y 19)

Sabueso lituano, salvado por la moneda 

Kilogramos de pelo ocultan al Komondor

Akbash, el perro del que se enamoran las ovejas 

 

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