LA SALUD
Corea del Sur llega al hito de mil perros clonados.
China auncia la clonación con edición genética.
EE UU cultiva y crioconserva ADN por 1.300 dólares.
Clonación canina: ¿realidad o quimera?
Por Emer IGLESIAS
La empresa surcoreana Sooam BRF, que en 2005 creó el primer perro clonado de la historia, llegó el 28 de agosto al hito de los mil perros clonados según ha podido saber LADRIDOS. De forma paralela científicos chinos han anunciado que han criado el primer perro del mundo clonado y con edición genética. En Massachusetts la entidad Per Pet Uate cultiva y crioconserva células con ADN viable de mascotas creando líneas celulares de animales de más de 30 países.
El investigador de Sooam, David Kim, ha señalado a LADRIDOS, que el éxito de sus clonaciones ronda el 100% siempre que “podamos encontrar células vivas estables, lo que significa que garantizamos la entrega de un cachorro clonado dentro de los cinco meses de la confirmación de que las células son utilizables”.
El proceso, que cuesta más de 84.000 euros, comienza con una biopsia de tejido del perro a clonar realizada por un veterinario. “Se ha de hacer antes de que el perro fallezca, si hubiese muerto hay que hacer la biopsia lo antes posible y hacer llegar a Sooam el material ante de los cinco días”.
Una vez el material de ADN en la empresa surcoreana, “se inserta la célula original del perro en un ovocito no fertilizado, el cual proporcionará el medio para ‘reprogramar’ la célula de nuevo en un embrión, que será trasplantado a una mamá de alquiler y después de dos meses, Voilá!”, señala el científico.
Pero, ¿realmente el perro clonado será igual a nuestra querida mascota que vivió con nosotros tantos años?, David indica que “en términos de aspecto físico será casi idéntico. Un clon es, genéticamente hablando, un gemelo idéntico nacido en un tiempo diferente. Los gemelos idénticos son extremadamente similares, pero no idénticos. Por ejemplo, los gemelos humanos tienen huellas dactilares similares pero no idénticas. En los perros, su patrón de pelo es como una huella dactilar, por lo que los clones suelen ser casi idénticos, pero a menudo pueden parecer diferente”.
En cuanto al carácter o habilidades, Kim reconoce que es imposible clonarlas: “El comportamiento puede ser muy difícil de evaluar. Aquí debemos confiar en el testimonio de los clientes. Lo que nos cuentan a veces nos pone la piel de gallina por lo similar que son. Pero por supuesto, no todo comportamiento puede ser el mismo, ya que el cuidado, el ambiente de cría o la experiencia que tuvo el perro no pueden ser replicados al 100%.”
Entre los mil perros clonados por Sooam BRF hay de casi todas las razas, desde un galgo afgano, que fue el primero, hasta Trakr, el pastor alemán héroe del 11-S por encontrar a la última superviviente rescatada con vida, pasando tanto por perros de compañía donde la familia quiere prolongar su existencia como por perros de servicio o trabajo.
Esta curiosa empresa recibe clientes de todo el mundo, la mitad de ellos de Estados Unidos. Por el momento, de España sólo ha recibido varios clientes para almacenar las células vivas de su perro en nitrógeno en su banco de células. “Preservamos las células hasta que el cliente esté listo para proceder a la clonación, ya que no todo el mundo decide clonar de inmediato, esto tiene un costo de 3.000 dólares hasta que el cliente quiera”.En cuanto a la esperanza de vida de estos perros clonados, David Kim asegura que es igual que el resto: “nuestros perros clonados viven el promedio de su raza, no hay diferencia”.
En Massachussetts opera otra empresa, Per Pet Uate, que se dedica principalmente a cultivar y crioconservar las células de ADN viables, para en un futuro clonar a los perros. Esto tiene un costo de 1.300 dólares para perros, gatos y caballos por el cultivo, crioconservación, genotipificación y el primer año de almacenamiento de una línea celular. A partir de ahí, la tasa por almacenamiento son 100 dólares al año. Si la empresa no desarrolla una línea celular hay un cargo mínimo no reembolsable de 800 dólares.
La preservación genética es, según señalan en Per Pet Uate, el proceso que se usa para desarrollar y luego crioconservar células que contienen ADN viable de las mascotas. El proceso es similar al de Sooam. En este caso, la institución envía un kit de recolección de tejidos para que el veterinario haga la biopsia y envíe el material al laboratorio de lMassachusetts. Per Pet Uate indica que su mayoría de clientes han depositado las células y “esperan a que la clonación sea más simple y asequible, ya que por el momento es un proceso complicado y caro” .
Eficiencia muy baja
Por EMPAR GARCÍA ROSELLÓ, Doctora en Veterinaria, profesora de Biotecnología y Reproducción Animal en la Universidad CEU Cardenal Herrera e integrante del grupo de investigación “Fisiopatología de la Reproducción”.
-¿Qué tiene de novedoso la clonación anunciada en China?
-Estas nuevas clonaciones utilizan la técnica de edición genética CRISPR/Cas9, es decir que los animales obtenidos son clones y editados genéticamente, son la gran mayoría “quimeras” ya que la técnica no llega a ser perfecta.
-¿Realmente es posible clonar un perro como el de casa?
-Es posible clonar a cualquier animal, de compañía o animales de producción. En EEUU están clonando animales de producción, sobre todo reproductores, tienen un gran negocio montado. Las eficiencias en perros son más bajas que en animales de producción, para obtener a Snuppy (primer perro clonado, 2005) en la Universidad de Corea del Sur se crearon 1095 embriones que se transfirieron a 123 hembras, solo dos perros nacieron y 1 sobrevivió.
-¿Cómo es un perro clonado?
-Es un perro. No procede de la fecundación normal de un óvulo y un espermatozoide sino de la transferencia nuclear de una célula a un ovocito. Los perros son “normales” como se han mostrado en prensa en los últimos años.
-Cuál tendría que ser el objetivo, desde el punto de vista de científico, en una clonación?
-Ayudar a la sociedad en la investigación de enfermedades. Actualmente la técnica de clonación o transferencia nuclear se está utilizando mucho para la obtención de animales transgénicos (sobre todo roedores) a nivel de investigación en biomedicina.
-¿Qué problemas pueden surgir en este proceso?
-Las eficiencias de la clonación en perros son muy bajas y además se utiliza mucho material biológico (sobre todo óvulos) que es de difícil obtención. Hay un debate científico en si estos animales clonados tienen menos longevidad por el acortamiento de telómeros, o mayor probabilidad de padecer algún tipo de mutación y por lo tanto cáncer ya que provienen de la transferencia de una célula somática adulta, que tiene sus propias mutaciones.
-¿En España está permitida esta actuación?
-En España hay varios grupos utilizando esta técnica de transferencia nuclear en otras especies. No hay ninguna ley que lo prohíba ya que son animales de compañía, si el propietario está dispuesto a pagar ese servicio todo es posible.
-Bajo su experiencia en el área de reproducción, es éste un camino que se demanda en España?
-No, aquí se utilizan otras técnicas reproductivas a nivel de criaderos caninos como la inseminación artificial o control de celos de las perras.
-La fundación Sooam de Corea del Sur anuncia que ha llegado a los mil perros clonados, dónde está el límite?
-No hay límite, quien esté dispuesto a pagarlo puede clonar a su perro.
China da un paso más
Un grupo de científicos chinos ha anunciado que ha conseguido criar al primer perro del mundo clonado con células somáticas -las no reproductivas- y con edición genética. “Es ventajoso poder combinar la tecnología de clonación con la edición genética” afirmó uno de los investigadores, Lai Liangxue. Este equipo de científicos del Instituto de Biomedicina de Cantón, liderado por Lai y supervisado por la Academia de las Ciencias de China, ha utilizado tecnología de edición genética CRISPR/Cas9 -la más moderna que existe- para conseguir el primer perro clonado de la raza beagle.
Esnuppy fue el primero
El camino a la clonación de perros lo abrió la Universidad Nacional de Seúl en 2005 con Snuppy, un galgo afgano que nació por cesárea el 24 de abril. El proceso fue bastante complicado. Se partió de los conocimientos adquiridos tras la clonación en 1996 de la oveja Dolly, primer mamífero clonado a partir de una célula adulta, que murió en 2003.
Para conseguir a Snuppy primero se obtuvieron células adultas de la piel de la oreja de un perro de raza afgana y luego se utilizó el método de transferencia de núcleo, una técnica similar a la usada con la oveja. El clon fue el resultado de la transferencia de nada menos que 1.095 embriones del perro en 123 hembras, de los cuales sólo se lograron tres embarazos. Uno de los fetos se malogró y otro murió de pulmonía a los 22 días de haber nacido. Snuppy fue el único que salió adelante y consiguió llegar a los diez años de vida.
La madre de alquiler de Snuppy era una labrador retriever y para hacer el parto posible se tuvo que recurrir a una cesárea. Después de Snuppy han llegado 999 más en el centro científico coreano, algo que critican las organizaciones animalistas que lo ven solamente como un negocio irracional. “No tiene sentido clonar perros cuando hay miles en protectoras y perreras que esperan su oportunidad, es un signo más de la falta de concienciación animal que envuelve el mundo”, matizan. Pero lo cierto es que Snuppy fue un hito en la investigación científica como ahora es haber llegado en tan pocos años al número mil.
El héroe del 11-S, con cinco "hijos" clones
Una de las proezas conseguida por la empresa surcoreana fue la clonación en su día de Trakr, el pastor alemán héroe tras los los atentados del 11-S de 2001 por encontrar y rescatar a la última víctima con vida. Su guía, el policía canadiense James Symington, se presentó en 2008 a un concurso de BioArts International y ganó. El premio: clonar a su perro en Sooam Biotech Foundation. En 2009 le entregaron cinco cachorros, que no llegaron a ver a Trakr, que murió dos meses antes. Los cachorros fueron entrenados y se han dedicado en su vida al rescate en catástrofes ocurridas por todo el mundo. Aunque el policía asegura que los cinco clones tenían las condiciones excepcionales de Trakr, lo cierto es que Team Tarkr, como llama a todo el equipo, fueron entrenados a conciencia para conseguir sus habilidades.
Proceso siempre bajo polémica.
Cuando el tres de agosto de 2005 la revista “Nature” publicó la exclusiva sobre le clonación del primer perro, realizada por un equipo de científicos de la Universidad Nacional de Seúl, dirigido el doctor Woo Suk Hwang, soltó un bombazo que corrió como la espuma por todas las redacciones que se hicieron eco enseguida copando grandes titulares. La comunidad científica reconoció el hecho como una noticia relevante y el doctor recibió felicitaciones desde rincones de los cinco continentes.
Pero poco le duró la gloria a este “eminente” investigador, ya que en diciembre del mismo año se descubrió uno de los fraudes científicos más escandalosos hasta el momento: su anuncio en 2004 de que había clonado embriones humanos y logrado crear células madre humanas estaba falseado y no tenía un ápice de verdad. Hwang tuvo que abandonar la Universidad e incluso fue condenado a prisión, aunque no llego a pisar la cárcel.
Todos sus avances científicos quedaron en entredicho y numerosos equipos de investigación se pusieron manos a la obra para comprobar fehacientemente si realmente era verdad la primera clonación de perro. En marzo del año siguiente, científicos del National Human Genome Research Institute comprobaron que el ADN del perro clonado, Snuppy, era idéntico al de su padre y muy diferente al de la madre de alquiler, por lo que certificaron que Hwang había clonado realmente el primer perro de la historia y siguió su trayectoria como director de Sooam Biotech Research Foundation.
Snuppy, cuyo nombre proviene de las siglas de la Universidad de Seúl (SNU) más el final de “puppy”, se desarolló en el vientre de alquiler de una madre labradora, pero para ello fue necesario transferir embriones a 123 hembras caninas, lo que se considera desde muchos sectores maltrato animal.
El doctor Lee Byeong-chun sustituyó a Hwang al frente del equipo y en junio de 2006 logró la clonacion de una hembra de la misma raza que Snuppy, afgana, a la que llamaron Bona. Y al mes siguiente anunciaron dos clones más pero esta vez de Bona, es decir, clones de clon. El proceso ya fue más sencillo y “sólo” se necesitó doce madres de alquiler.
El equipo de Byeong-chun dio un paso más y en 2008 anunció el nacimiento de diez cachorros afganos, cuatro hijos de Snoppy con Bona y los otros seis de Snoppy con una clon de Bona. De esta forma se demostraba que la posibilidad de procrear de clones es una realidad. Incluso, el jefe de Desarrollo Genético del Instituto Nacional Británico, Robin Lowell, estudió el caso y afirmó que “hay evidencia de que los clones pueden tener efectos genéticos, sin embargo, la genética de su descendencia es normal”.
Las quejas de las asociaciones en defensa de los animales no se hicieron esperar. La principal crítica a este tipo de procesos se centra en que la clonación requiere la cirugía de cientos de hembras para extraer sus huevos y otras tantas para hacer de madre de alquiler e implantarle los embriones, de los que sólo un 1% sobrevive. En definitiva, un hecho de “crueldad animal” tanto por el número de embriones que mueren por la experiencia traumática que suponen para los perros que participan como donantes o como madres de alquiler.
Aún así, la clonación de perros ya es una realidad en el mercado internacional y está totalmente comercializada. A pesar de que las técnicas se van mejorando todavía es un proceso costoso, no baja de los 100.000 dólares; traumáticos para los perros, se necesitan muchos canes que pueden quedar traumatizados, y muy complicado, es de las más difíciles en el reino animal por la genética de los perros.