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La raza SÍ marca la conducta

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¿Hay perros que llevan la agresividad en sus genes? Un novedoso estudio demuestra que la heredan de sus padres. En pleno debate por la estigmatización que se hace de algunos perros por el mero hecho de pertenecer a una raza y predecir por eso que su comportamiento puede ser de índice peligroso, un estudio de un grupo de investigadores de varias universidades estadounidenses publicado en bioRxiv en enero determina que los comportamientos complejos de los canes están marcados por los genes y son heredables de padres a hijos. 

Por Óscar REKALDE

Los investigadores han estudiado la heredabilidad de 14 rasgos de comportamiento: sociabilidad; miedo a perros; excitabilidad; energía; dominancia; apego; ansiedad por separación; miedo a extraños: agresividad hacia el dueño; agresividad a perros; instinto de caza; capacidad de búsqueda; facilidad para el entrenamiento y agresión a extraños.


Para ello combinaron datos de comportamiento de 14.020 perros individuales con sus varianzas genéticas dentro y entre las razas. Su conclusión es que una gran proporción de la variación en el comportamiento del perro es atribuible a factores genéticos.
El equipo multidisciplinar, que ha cruzado datos de comportamiento de perros de 101 razas diferentes con los genotípicos promediados por raza, han localizado 131 zonas del ADN del perro que tienen relación con al menos uno de los catorce rasgos clave de la personalidad canina.
Estos genes llegan a explicar hasta el 15% de los rasgos de comportamiento de los canes. Los investigadores, que forman parte de un equipo multidisciplinar de varias universidades estadounidenses, trabajaron con los datos de comportamiento del Cuestionario de Investigación y Evaluación del Comportamiento Canino, C-BARQ, una gran base de datos recogidos entre 2005 y 2006 a 29.656 perros de raza pura y como mínimo 25 de cada una de ellas.
Los profesores americanos iniciaron este trabajo, el más completo realizado hasta la fecha, después de constatar que hasta entonces había muchos estudios sobre las diferencias de raza en cuanto por ejemplo la incidencia del cáncer, los trastornos metabólicos, la ceguera, así como sobre los fundamentos genéticos en cuanto a rasgos morfológicos como la masa corporal, el tipo de pelaje o el color. Pero que a pesar del rápido progreso en estas áreas, todavía se sabía muy poco sobre las bases biológicas de las diferencias de raza en el comportamiento. Por ejemplo, seguía siendo desconocido en qué medida estas diferencias eran hereditarias y se sabía aún menos sobre la arquitectura genética de estos rasgos de comportamiento.
En su opinión, los hallazgos también pueden arrojar luz sobre el origen del comportamiento humano. Puede ser una fuente única para preguntas sobre evolución del comportamiento, debido a una arquitectura genética simplificada que resulta de cuellos de botella poblacionales durante la domesticación y fuerte selección durante la posterior diversificación de razas. La mayoría de variaciones en los fenotipos entre razas modernas se basan en un conjunto limitado de herramientas genéticas. “Además de estas ventajas prácticas, los complejos cognitivos y fenotipos de comportamiento, tienen sorprendentes paralelismos con los rasgos en los humanos”, matizan.

Los docentes indican que “La variación entre razas de perros presenta una oportunidad única para investigar la evolución y las bases biológicas de los rasgos de comportamiento complejos. Integramos datos de comportamiento de más de 17,000 perros de 101 razas con datos genotípicos promediados por raza (N = 5,697 perros) de más de 100,000 alelos en el genoma del perro. A través de 14 rasgos, encontramos que las diferencias de raza en el comportamiento son altamente hereditarias, y que la agrupación de razas basadas en el comportamiento recapitula con precisión las relaciones genéticas. Identificamos 131 polimorfismos de un solo nucleótido asociados con las diferencias de raza en el comportamiento, que se encuentran en los genes que están altamente expresados en el cerebro”. De esta forma se cuantificó, por primera vez, la heredabilidad de 14 rasgos de personalidad perruna en todas las razas, y se identificaron variantes genéticas claves implicadas en las vías biológicas de comportamiento.
Por otra parte los investigadores hallaron que las ubicaciones de estos puntos calientes de ADN mantienen una lógica con el material genético del hombre. Así algunos de estos genes descubiertos en los perros que transportan el carácter agresivo del can son similares a genes ligados a la agresión en humanos, por ejemplo, mientras que el ADN asociado con el nivel de entrenabilidad del perro se encuentra en genes que en humanos están asociados con la inteligencia y el procesamiento de la información.
También han descubierto asociaciones moleculares con diferencias de raza en cuanto a energía con los de ritmo cardíaco, descanso diurno y duración del sueño en humanos. Por último, las diferencias de raza en el miedo eran asociados con genes vinculados con el temperamento y la respuesta de sobresalto en humanos, y varios de los genes que han sido implicados en la inteligencia se correlacionan con los responsables de la velocidad de procesamiento de la información en humanos.
Todo esto sugiere que el material genético identificados puede afectar a los procesos de comportamiento al alterar los niveles de expresión en genes ubicados en el cerebro

Los rasgos más heredados

Los rasgos más heredables en perros según este estudio son la facilidad para el entrenamiento, la agresión hacia extraños, el instinto de caza y la capacidad de búsqueda, lo que unido a que estos comportamientos han sido objetivos fundamentales en la selección de las razas modernas lleva a un “agrupamiento jerárquico de razas basado en rasgos de comportamiento con similitudes genéticas con una precisión sorprendente”, indican los investigadores. De tal forma que estos cuatro comportamientos caninos los llevan los perros en sus genes y los heredan de padres a hijos.

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