LA OPINIÓN
Cadena perpetua
Por Julia Rey LAZURTEGUI, etóloga
No hay una definición exacta de lo que significa el término bienestar animal, puesto que en un principio, se creó como sistema de valores humanos para el adecuado trato hacia los animales. En alusiones a varios investigadores, el bienestar animal es la cohesión de las normas y valores éticos y sociales para no producir daño físico ni psicológico al animal. Como bien dice Dawkins, que además de las necesidades conocidas físicas (agua, comida, protección de inclemencias naturales, etc.), también la mayoría de los animales tienen necesidades sociales y de comportamiento.
Muchas personas tienen una percepción equivocada de lo que es el bienestar animal. Normalmente cuando exponemos algunas preguntas para definir lo que es un buen bienestar animal, las personas suelen describirlo como aquello que no puede dañar físicamente al animal. Siendo ésta una respuesta un tanto incorrecta, puesto para dar una correcta respuesta, lo que hay que saber es que no solo para que haya un buen bienestar animal no hay que dañar animal físicamente sino que también tenemos que hacer énfasis en la parte psicológica y que el bienestar del animal es individual y para ello deberíamos implicarnos mucho más en lo que nos exponen nuestras mascotas y no en lo que creemos nosotros que necesitan para su bienestar.
Obligar a un animal a estar permanentemente encadenado o encerrado, conlleva a graves problemas físicos y psíquicos como por ejemplo: estereotipias, territorialidades, vocalizaciones excesivas, etc
- Territorialidad. Debido a la falta de relación de individuos desconocidos (animal como humano) y a un aumento de sentimiento de guarda del lugar donde habita, habrá una potenciación de la agresividad. Este estado continuado de agresividad creará una inestabilidad emocional y de estrés en el animal.
- Estereotipia. Lo más importante de este comportamiento es saber que es un trastorno obsesivo compulsivo y que en animales en libertad no se observa dicho comportamiento, normalmente aparece en animales en estado de confinamiento (animales domésticos, de granja, zoológicos, perreras, criaderos, animales encadenados, etc). Este tipo de problema desencadena una gran variedad de síntomas graves para el animal tanto orgánicos como físicos, como por ejemplo:
- Morderse el rabo, dermatitis acral por lamido, cazar moscas o cazar bichos, síndrome del perro enjaulado, agresión autodirigida, vocalizaciones, alucinaciones, problemas dermatológicos, fracturas de cola, lesiones en vías nerviosas periféricas, alopecias psicógenas, lesiones oculares, intoxicaciones, ansiedad, estrés crónico, frustración, etc.
Lo más importante es saber muy concienzudamente cuáles son las necesidades físicas y psicológicas de cualquier animal que tengamos a nuestro cargo. ¿Y cómo podemos saber cómo dárselas? Sabiendo sus necesidades sociales a través de sus sentidos. Los más importantes, el oído y el olfato.
- El oído en los animales domésticos cumple la función de contacto padres-crías, comunicación sexual, alertas de peligro, amenazas y defensa del territorio. Y también es la función del equilibrio.
- El olfato es el sentido más desarrollado de los perros, lo utilizan para investigar e identificar u obtener información de cualquier estímulo del entorno que les interese (percepción de algunos sabores, comunicación entre animales de la misma y diferente especie, evitación de ingestiones tóxicas, etc..).