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La domesticación supuso un frenazo en seco de la madurez canina

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Los científicos llevan años estudiando por qué los perros conservan características infantiles tanto físicas como de comportamiento cuando son adultos. Es lo que llaman Neotenia, proceso que explica que la domesticación de los canes lleva aparejado la retención de rasgos físicos juveniles. 

 

Por Carlos XESTAL

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Todas las personas que tienen un perro saben que la inmensa mayoría son juguetones “como niños” hasta que su cuerpo lo permite. Durante más de un siglo los biólogos han estudiado cómo los cambios en el desarrollo pueden conducir a cambios macroevolutivos. Las últimas investigaciones al respecto concluyen que durante la domesticación los perros además de que retuvieron muchos comportamientos del lobo infantil, sus cambios físicos están relacionados con estas modificaciones de su conducta.
El prestigioso investigador del Centro para el Vínculo Humano-Animal de la Universidad de Purdue, Alan Beck, es uno de los pioneros en documentar que “la biología está detrás de las apariencias y comportamientos de nuestros compañeros domésticos”. Esto incluye rasgos como dientes más pequeños, hocicos más cortos, ojos más grandes, etc. En su investigación, Beck explica cómo la selección de rasgos de comportamiento más dóciles va de la mano con la retención de características físicas juveniles.

Es decir, la Neotecnia se basa en la premisa de que el proceso de domesticación logró detener el desarrollo del perro en una etapa muy parecida a la que tienen los cachorros de los lobos. Esto, además de hacer que los perros adultos físicamente se parezcan más a un lobezno que a un lobo adulto, por ejemplo, el tamaño del hocico, la posición de las orejas o el tamaño o su pelaje, continúen comportándose como cachorros: lamiendo como forma de saludo, manteniendo las ganas de jugar y la curiosidad de por vida o pidiendo atención como eternos cachorros.
En los estudios sobre evolución animal impartidos por uno de los pioneros de campus virtual de Europa, The Education Club, definen las fases de la Neotenia en cinco estadios: del recién nacido, del juego, del parador o interceptor, del depredador y del adulto. Son las fases por las que pasaría un lobezno antes de alcanzar el año y se corresponden con los comportamientos que podemos observar en los perros adultos.
Los canes en el estadio del recién nacido se equiparan con lobeznos de hasta 2 meses, que no salen de la guarida y están apegados a la madre y hermanos de camada. Los perros de este estadio físicamente se caracterizan por hocico corto, orejas pequeñas y colgantes, cráneo redondeado, cuerpo rechoncho y un andar torpe. En el comportamiento se trata de perros que están muy unidos a sus dueños, ya que, en esta edad el cachorro está unido únicamente a la madre.
El estadio del juego equivaldría a cachorros de lobo de entre 3 o 4 meses de edad los cuales siguen apegados a la madre, pero se inician en las primeras exploraciones apareciendo el miedo a situaciones nuevas. Físicamente los perros en este estadio tienen las orejas más largas, pero aún colgantes o semierguidas, su hocico es alargado y tienen el cuerpo más ágil y proporcionado. A nivel comportamental son perros con una energía y deseos de jugar inagotables.
El estadio parador o interceptor correspondería a los lobeznos entre los 4 y 6 meses. Se trata de perros que físicamente tienen las orejas erguidas o semierguidas, el hocico alargado, patas largas y un andar ágil. En este estadio los perros desarrollan un alto interés por objetos que se mueven y tratan de interceptarlos o cortarles el movimiento. Este comportamiento se denomina parada y es la preparación hacia el comportamiento depredador por lo que son excelentes para guiar ganado con reacciones rápidas al movimiento. A esta edad en los lobeznos empieza a desarrollarse la territorialidad y la jerarquización de la manada y por tanto son perros con mucho sentido de guarda y de pastoreo. Tienen también gran capacidad de rastreo con un gran olfato.
El estadio depredador equivaldría a los lobeznos desde los 6 meses al año. Físicamente presentan un hocico más alargado y una fuerte musculatura. Se trata de perros bastantes independientes, capaces de tomar decisiones, muy cazadores, animales muy jerárquicos y retraídos con los extraños. Respetan únicamente al jefe y no a la madre por lo que se deben de tratar con rectitud.
Y por último el estadio adulto, etapa que los lobeznos alcanzan a partir del año de vida. En este período su comunicación necesita ser a grandes distancias, por lo que dejará los ladridos de cachorro para comenzar a aullar. Es en esta etapa cuando se consolida como cazador en plenas facultades y muestra su lado más independiente. Físicamente los rasgos faciales perros de este estadio son los que se parecen más a los lobos: orejas erguidas y hocico alargado.

Según publican Temple Grandin y Mark J. Deesing en Sciencedirect, durante la domesticación, los perros retuvieron muchos comportamientos de lobo infantil. Por ejemplo, los cachorros de lobo ladran y ladran con frecuencia, pero los lobos adultos rara vez ladran. Los perros domésticos ladran con frecuencia. Los lobos tienen patrones de comportamiento instintivos que determinan el dominio o la sumisión en las relaciones sociales. En los perros domésticos, los patrones de comportamiento social ancestral del lobo están fragmentados e incompletos de tal forma que el rígido comportamiento social del lobo se ha desintegrado en “una variedad de fragmentos de comportamiento independientes”.
Conocidas son las investigaciones de un equipo dirigido por Goodwin, que estudiaron 10 razas de perros diferentes, desde pastores alemanes y huskies siberianos hasta bulldogs, cocker spaniels y terriers. Descubrieron que las razas que conservaban el mayor repertorio de comportamientos sociales similares a los de los lobos eran razas que se parecían físicamente a los lobos, como los pastores y perros esquimales alemanes.

Como conclusión, los estudios indican que conservar los rasgos juveniles hace que los animales sean más dóciles y fáciles de manejar, así como que los cambios físicos también están relacionados con cambios en el comportamiento.

 

 

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