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La llegada del frío hace que tu gato necesite ciertos cuidados extra

gato invierno

En cuanto bajen las temperaturas los gatos pasarán tiempo “desaparecidos” en algún rinconcito caliente de la casa. hay que tener cuidado

Una ola de calor tras otra. Así ha sido este verano, que tu gato ha llevado con dignidad, buscando los rincones más fresquitos de la casa. O bien, como el más mayor de los míos, tirado a pleno sol en la terraza. ¡Increíble! Cuarenta grados y ahí estaba él, "tomando la fresca".

Por Almudena NEGRO

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Muy pronto comenzarán a bajar las temperaturas y tendremos que estar preparados para el invierno. Tu gato, como todos los felinos, es extremadamente sensible a los cambios de temperatura, especialmente al frío. Así que, en cuanto llegue el otoño, será normal que pase mucho más tiempo desaparecido escondido en algún rinconcito, que se meta bajo tu edredón (o el de tu vecino si es un gato que sale de casa). Algún radiador, una mantita del salón, tu ordenador (les encanta ponerse encima), la chimenea… Debes de tener cuidado que su búsqueda de comodidad no acabe en quemadura.
Tu gato no solo siente el frío como tú, sino que lo padece mucho más. Y, como tú, puede resfriarse. Ten al día su calendario de vacunación. Si ves que estornuda, lagrimea, tiene mocos o tos, está apático o tiene el hocico demasiado húmedo, debes de llevarlo al veterinario. Los gatitos son más propensos a coger un catarro, porque aún no tienen su sistema inmunológico completamente desarrollado. Ojo con ellos. Y con los mayores de siete años, puesto que comienzan a tener las defensas más bajas. Evítale cambios bruscos de temperatura y corrientes de aire. Cierra puertas y ventanas.
Si tu gato tiene alguna enfermedad articular tipo artrosis o artritis necesitará aún más cuidados. Haz que moverse libremente por vuestra casa sea para él lo más sencillo posible. Quita obstáculos de en medio. Que pueda acceder sin problema a su arenero, comida, agua, juguetes y camita. Evita, además, que descanse sobre superficies duras como el suelo. Permita que suba a tu sillón preferido para dormir. O ponle cojines en su rinconcito. Si quieres ayudarle aún más cómprale una mantita terapéutica que tenga radiación infrarroja.
Tu aventurero, si es de los que van de excursión “vete tú a saber a dónde”, pasará mucho más tiempo en casa que el que pasaba en verano. También se volverá mucho más perezoso. ¡Y sociable y cariñoso! ¡Una gozada esto del invierno!
Es en esta época invernal cuando el cepillado de tu compañero es más importante, ya que es su principal línea de defensa contra las bajas temperaturas. De hecho, su pelaje será mucho más abundante que en verano y perderá mucho menos pelo. Especialmente si es de los que salen de casa. Tendrás que cepillarlo muy a menudo, para prevenir no solo la aparición de dermatitis, sino que se le caiga o se le formen bolas de pelo. Si por lo que sea tienes que bañar a tu gato que el agua esté templada, nada de agua ardiendo. Y sécalo al salir de la bañera. Haz lo mismo si se moja bajo la lluvia.
También es en invierno, si es que sale al exterior, cuando tu gato necesitará un aporte extra de calorías. Por eso te recomendamos que le des alimentos ricos en grasas saludables y aumentes un poquito su ración. Si, por el contrario, es de los que no salen más que al veterinario, no modifiques su dieta, porque él mismo regulará su actividad física. Ofrécele siempre comida de calidad, mezclando pienso con comida húmeda.
Tu gato, además, necesitará luz. Esa luz que le fascina y activa en verano. Así que en invierno abre las persianas y coloca su camita y juguetes junto a algún sitio bien iluminado. Tienes además disponibles opciones en las tiendas, como camas térmicas de diferentes tamaños y formas. Si te haces con una de ellas, asegúrate siempre de que la temperatura de la cama no supere la de tu gato y pon siempre una manta gruesa encima de ella para evitar que se queme. Además, existen hamacas que se acoplan a los radiadores de la casa. Estas últimas les encantan. Otra buena opción es una cama-madriguera que esté aislada del suelo frío.

Durante el día puedes ayudarle construyendo un refugio para él con cajas de cartón y túneles de papel a los que añadirás mantitas. Además de tener un nuevo sitio preferido, ayudarás a que incremente su actividad física, algo fundamental para que tu gato mantenga una temperatura corporal correcta.
En cuanto a la ropa, los únicos gatos que pueden necesitarla son los gatos sin pelo como los Sphynx. El resto de felinos no la necesitan. No son perros.
Finalmente, cuando salgas de casa, si tienes tu coche aparcado en la calle, acuérdate de dar unos golpecitos en el capó antes de meterte en el vehículo. El motor de los coches es uno de los refugios preferidos de los gatos de la calle.

(Páginas 38 y 39)

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