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La fuerza de un binomio que salvó a perro y guía

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Cuando trabajaba en la Guardia Real sufrió un accidente que lo dejó paralizado de su parte trasera. Su actitud y tesón ayudó a superar la situación a su guía, que no se ha separado de él ni un minuto desde entonces

Golfo y su guía Henry de la Cruz comenzaron a trabajar juntos en la Guardia Real en 2014. Formaban un binomio espectacular que lo llevó a ser campeón y subir al pódium de todos los campeonatos militares de adiestramiento desde 2015. Hasta el jueves 4 de febrero de 2021, fecha marcada a fuego en el calendario de Henry, cuando Golfo fue a recibir de un salto al militar encargado de revisar los perros y cayó mal. Una lesión en la T13-L1 cambió sus vidas para siempre pero no lo detuvo.

Por Emer IGLESIAS

  

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Recuerda con pavor cómo cuando ya había acabado su jornada laboral ese día y estaba cambiándose para recoger a su perro, Golfo, y marchar a casa, entró su teniente con la cara descompuesta así como varios de sus compañeros gritando en el vestuario: “corre, corre, Golfo ha sufrido un accidente y está paralizado
No tardó ni dos segundos en llegar al chenil donde se encontró a su compañero de trabajo “gritando, llorando, tirando bocados para todos los lados, arrastrándose, intentando morder a todo el mundo”.
Henry se quedó en shock, nunca había visto a su perro en una situación tan crítica. Lo cogió y lo subieron al servicio veterinario, donde se confirmaron los malos augurios: “Se le hicieron diferentes pruebas y una resonancia fue la que determinó la lesión”.
Un desplazamiento de vértebras a la altura de la T13-L1 lo había dejado totalmente paralizado y sin sensibilidad en su parte trasera, algo más afectado el lado izquierdo que el derecho. “Se me vino el mundo encima, pero vi un poco de luz al final de túnel, cuando un teniente veterinario que hay allí me dijo que había visto más casos así y que aunque es una lesión muy difícil de operar, se puede recuperar aunque nunca se recupera del todo”.
Los primeros días fueron muy duros, Henry no dudó en llevarse a Golfo a casa como siempre hace con sus perros. “Con más razón en este caso, Golfo vino conmigo. Cuando llegué a casa, cuando vi al perro totalmente paralizado se me vino el mundo encima, fue algo muy duro”, recuerda este militar que vive por y para sus perros.
“Lo tenía que coger en brazos para sacarlo, no hacía sus necesidades, tenía que estimularle el ano, sondarle, vivo en un piso pequeño de 50 metros cuadrados con otro perro, en pocos días perdí cuatro kilos”, relata.
Muchas voces alrededor le insistían en que lo durmiera, (que lo sacrificara), pero Henry se negó en todo momento. La primera ayuda le llegó a la semana, cuando Adopta K9, la principal asociación de nuestro país que busca familias de adopción tanto a perros como a caballos jubilados de las Fuerzas de Seguridad, le cedió una silla de ruedas para Golfo. “Empecé a respirar, el perro se hizo más independiente, yo veía un pedazo de problema y el perro lo afrontaba con una actitud superalegre, corría como loco, volcaba con su silla y seguía, yo estaba hundido y veía al perro con esa actitud, aprendí que no es el problema lo que tienes de frente, sino que la cuestión es la actitud con la que lo afrontes, yo estaba hundido y el perro feliz, me caían los lagrimones cuando lo veía”.
Y así cambió la vida de ambos. Golfo seguía yendo a un centro de rehabilitación canina donde hacía mucha movilización y mucha piscina. “De esta forma, la silla la dejó el cuarto mes, comenzó a dar sus primeros pasos, eso sí, con descoordinación y con mucha falta de fuerza, pero nunca se rindió, al revés nos dio una lección de vida”.
“Yo le aconsejaría a todo el que sufre una situación así con su perro, un accidente, una lesión o una enfermedad, que escuche lo que está diciendo su compañero, él te lo dice, voy a seguir, vamos a salir adelante, es imposible dormirlo con esa actitud, todo el que tiene vínculo con su compañero sabe de lo que hablo”, dice Henry con pasión.
Este tipo de lesión, al ser un desplazamiento de la vértebra, tiene margen de mejora durante el primer año de tratamiento, luego ya es mantenimiento de lo conseguido. Y así está ahora Golfo con nueve años recién cumplidos, “es un perro que andando le cuesta coordinar, pero se pone a correr y tú no notas que tenga ninguna lesión, corre perfectamente”.

Cedido con siete meses
Golfo llegó con siete meses a la vida de Henry, cuando este militar desempeñaba su trabajo en la unidad canina de Guardia Real y su perro murió repentinamente de una torsión de estómago. Un compañero que estaba preparando a Golfo desde finales de 2013 se lo cedió y le dijo que tenía que hacerlo campeón. “Fue un gran favor que me hizo, pero también mucha responsabilidad”. Y dicho y hecho, a los 18 meses ya estaba operativo en Guardia Real y en 2015 fue campeón cuando se presentó por primera vez al campeonato militar anual de adiestramiento de perros.
Desde el minuto uno estuvo con Henry, y el accidente que sufrió en febrero de 2021 tampoco lo separó de él, aunque muchos compañeros le aconsejaron que lo sacrificara. Hoy ya no necesita la silla para moverse, y jubilado sigue siendo el compañero inseparable de su guía.

Los datos
2013 el 15 de abril nace Golfo
2014 ya operativo como binomio de Henry en Guardia Real
2015 Campeón en campeonato militar de adiestramiento
2016 tercero en el campeonato militar de adiestramiento
2018 y 2020 segundo en el campeonato militar de adiestramiento
2021 el 4 de febrero sufre el fatídico accidente que lo deja paralizado de su parte trasera

(Páginas 22 y 23)

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